Siempre, a estas alturas de los campeonatos en Europa, vale la pena -o al menos a mí me gusta mucho ver eso- hay clubes que ya tendrían que estar diseñando una estrategia para ver cómo van a regresar a primera división. Es que hay algunos equipos que ya parecen muy colgados frente a la realidad de sus adversarios que, sin ser unas lumbreras, cuentan con algo más de luz. De hecho el caso del Southampton seguramente es el más pesimista de todos. O a l menos así sus propios hinchas lo están viendo.
El puerto inglés, de cuyas aguas zarpó el Titanic, empieza a darse cuenta de que aquel viaje hacia el fondo parece no tener ninguna clase de contención. En la última salida como local el Brentford lo humilló ganándole 0-5, siendo la peor postal de todas, aquella en la que una mujer, que además es hincha del Soton, estaba reunida con varios fanáticos más viendo el juego. Ella hizo una apuesta y dijo que esa tarde su desvencijado amor futbolero recibiría cinco goles de su adversario. La victoria, que debe ser una de las más amargas para cualquier persona que se precie de querer o sentir algo de simpatía por un club, fue exultante para la dama que, feliz, además recibió una camiseta original de la institución por haber acertado el score. Para más piedra, la casaca se la dio Adam Armstrong, jugador de la plantilla. Todo absolutamente absurdo.
En estos momentos la tabla de posiciones de la Premier League tiene al Southampton abrazado, aferrado y sin ganas de soltar el último lugar de la tabla. Ha ganado un solo partido de los veinte que ha disputado y solamente pudo arañar tres puntos más con sendos empates. Y bien aburrido sí debe ser salir al campo con el sello del perdedor tatuado en la espalda y no está lejos de sacarle el récord de menos puntos obtenidos en la historia de la Premier al Derby County que para la campaña 2007/2008 apenas sumó once unidades en su propio tablero. En esa olvidable campaña, el Derby también pudo ganar únicamente un partido -lo logró ante el Newcastle- e igualó en ocho oportunidades. El Soton pudo hacer lo mismo ante Everton -triunfo 1-0 con tanto de Adam Amstrong, el mismo que le entregó la camiseta a la fanática que apostó en contra del club-.
Y no es que tenga mala plantilla: Aaron Ramsdale es su portero, ex Arsenal y selección inglesa, que ha bajado su cotización por sus 44 goles recibidos en esta campaña. Su líder en zaga es el polaco Jan Bednarek, también varias veces seleccionado por su nación y que tiene experiencia mundialista encima, el nigeriano Aribo que pintaba bien en Rangers pero que se ha diluido ante el mal momento de los “saints”, el veteranísimo Adam Lallana, ex Liverpool, Adam Armstrong y el chileno Brereton Díaz, el francés Cornet, ex Lyon, Burnley y West Ham…
Tendrá que ocurrir un milagro para que se salve. Y, por como están las cosas, en esta versión futbolística Kate Winslet parece que no le hará campo a Leonardo Di Caprio para que se pueda subir a la puerta que lo mantenga a flote de las heladas aguas. El final, por ahora, no tendrá diferencia con el de la película.
