Respirador artificial

La Selección Colombia tiene vida en la Eliminatoria. Su última oportunidad para ir a Catar 2022.

Julián Capera

Julián Capera

Foto: Archivo particular

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25 de marzo 2022 , 12:45 a. m.

Los murmullos en la habitación hacen sinfonía con el sonido que sale del monitor cardiaco diciendo a los presentes que la paciente, a pesar de todo, aún sigue con vida. Hay mucha gente pendiente. Aunque la mayoría finge no estarlo, se asoman por la persiana y, por morbo o por fe, comprueban que sigue respirando. Artificialmente, pero respirando. Esperando una intervención divina que olvidé sus pecados – que son muchos – y apareje las cosas en la tierra, en el césped, para cambiarle su agonía por una enésima oportunidad. La Selección Colombia todavía no se muere.

Respira porque goleó a Bolivia, un equipo flojísimo que apenas sumó dos puntos fuera de casa en esta eliminatoria y que nunca ha logrado ganar en Barranquilla. Es decir, un termómetro del que no hay que fiarse mucho, pero es lo que hay.

“Cosechas lo que siembras” dice alguien en la sala de espera, y tiene parcialmente razón. El estado crítico con el que llega el equipo colombiano al último acto de las Eliminatorias es, sobre todo, su culpa. Una Selección que no es capaz de hacer ni siquiera la mitad de los puntos que disputa en su casa, no merece mucho más.

Hasta hoy, nunca un equipo que accedió al repechaje con el formato actual de campeonato lo hizo con un rendimiento menor al 50% en condición de local: Uruguay, que se apropió de ese tiquete en cuatro eliminatorias consecutivas (2002-2014) lo logró con una productividad de al menos 55,56% y en la mayoría de casos superando los dos tercios de puntos. Perú ganó el derecho de enfrentar a Nueva Zelanda por el último cupo a Rusia 2018 también con el 55,56% de los puntos que se jugaron en Lima.

Colombia se despide de Barranquilla en este proceso de Eliminatorias con el penoso registro de 13 puntos de 27 posibles (48,14%): la peor cifra desde que se juega todos contra todos y la más mala desde la Eliminatoria a España 1982 en la que jugó dos partidos de local y empató ambos. En esta que termina solo le pudo ganar a Chile, Venezuela y Bolivia; empató cinco juegos y perdió con Perú y Uruguay: uno que no ganaba aquí hace 21 años y otro que nunca antes lo había hecho.

Y no, la culpa no es del hospital. Las enfermedades de este equipo en Barranquilla serían iguales en Bogotá, Medellín o en la mismísima casa mágica de los Madrigal. Colombia no llega moribundo hasta aquí por culpa del Metropolitano, lo hace por las decisiones de los directivos que hace mucho rato vienen conduciendo el fútbol colombiano a un auténtico abismo de resultados; por un entrenador estrangulado por sus propios miedos, incapaz de probar cosas distintas aún cuando la misma receta de siempre lo estaba envenenando; y por los jugadores faltos de rebeldía y de puntería.

Eso sí, para la próxima Eliminatoria muchas cosas deben cambiar y ojalá una de ellas sea la forma en la que se adjudican las boletas para estos partidos. Hay que encontrar una nueva fórmula para que el estadio se llene de auténticos hinchas de fútbol, de todas las regiones del país (incluidos los barranquilleros que muchas veces son los que menos chance tienen de ir a su estadio), que alienten de verdad y que aprieten cuando toca. Necesitamos que las tribunas dejen de ser un pub gigante donde el partido está en la pantalla del fondo y apenas se le para bolas.
Alguien en la habitación avisa: “movió un dedo”. Los de adentro y los de afuera saltan. Ganó un partido: hay una señal de vida. Puede acceder al repechaje ganando en Venezuela y esperando que Perú no lo haga en casa ante Paraguay. Incluso empatando podría quedarse con ese cupo si Perú pierde y Chile no gana. Así de extraño, y de misericordioso, puede ser el fútbol.

Y Ojalá sea así. La Selección es como ese miembro de la familia al que sin importar sus metidas de pata y cuanto nos ha hecho sufrir seguimos acompañando hasta el final. Si se levanta nos abrazaremos y lloraremos de alegría, pero sin olvidar que es urgente llevarlo a tratamiento.

Puntos de local

1998
Colombia (75%)
(NO HUBO REPECHAJE)


2002
Colombia 14/27 (51,85%)
(REPECHAJE) Uruguay 19 (66,67%)

2006
Colombia 15/27 (55,56%)
(REPECHAJE) Uruguay 19 (70,37%)

2010
Colombia 16/27 (59,26%)
(REPECHAJE) Uruguay 15/27 (55,56%)

2014
Colombia 17/24 (70,83%)
(REPECHAJE) Uruguay 18/24 (75%)

2018
Colombia (55,56%)
(REPECHAJE) Perú (55,56%)

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