2005, año de Sudamericano Sub-20 en Colombia. La Selección de Eduardo Lara concentra en un famoso hotel con termales en Villamaría, Caldas. Después de la cena, los jugadores se reúnen en un salón social a jugar tenis de mesa y ver Sábados Felices. Al día siguiente enfrentarán a Brasil por la tercera jornada del hexagonal final del campeonato juvenil. En aquella sala, detrás del sofá en el que Carlos Valdés y un par de sus compañeros se ríen de los chistes de ‘Mandibula’ y ‘la gorda Fabiola’, hay tres niños tratando de no hacer mucha bulla para que no los vayan a sacar. Uno de esos niños soy yo.
Esa noche, a mis once años, reafirmé que quería dedicar todo mi esfuerzo y mi pasión para algún día ser periodista deportivo. Estar tan cerca de los protagonistas, seguir cada detalle de la práctica y ver a los reporteros de las distintas zonas del país entrevistar a los jugadores cara a cara me resultó fascinante. Era la ratificación de un sueño que había empezado a cultivarse en mi corazón desde que, algunos años atrás, empecé a escuchar en el viejo radio de mi papá las transmisiones de los partidos del Deportes Tolima en la voz de Carlos Giraldo Díaz, y esperaba con ansias la separata deportiva de los lunes en el diario El Tiempo.
Ha sido un camino tan emocionante como exigente. Con lágrimas de ambos sabores. Década y media trabajando para medios de comunicación: Radio Súper del Tolima, Emisora de la Polícia Nacional, Diario Crítico, Óyeme UJTL, Publimetro, Kienyke, W Radio, Caracol Radio, ESPN y Futbolred. Un premio Nacional de Periodismo del CPB y la maravillosa oportunidad de acompañar a la Selección Colombia en Japón, Corea del Sur, Francia, España, Estados Unidos y Brasil entre otros. Mucho, muchísimo más de lo que aquel niño podía imaginar.
Y mucho queda por aprender. Responsabilidad enorme con una audiencia cada vez más diversa y exigente, en el marco de una generación que ha modificado el juego de la difusión de contenidos y en la que el consumidor dejó de ser un agente pasivo en la conversación para asumir un rol tremendamente protagónico. Adaptarse a las formas sin negociar nunca el fondo.
2023, año de Sudamericano Sub-20 en Colombia. 18 años pasaron en la vida de aquel niño. Un niño al que la gracia de Dios, el inmenso amor de su familia, la paciencia de sus maestros y las lecciones de sus jefes y colegas han traído hasta aquí. Ahora transmite los partidos del Deportes Tolima junto a Carlos Giraldo y escribe esta columna para el portal deportivo de El Tiempo. Ya no mira televisión detrás del sofá de los jugadores, ahora hace un programa en la cadena deportiva más importante del mundo junto a Carlos Valdés, quien es también su amigo. Gloria a Dios por los sueños que se cumplen…y los que se habrán de cumplir.