Antoine Griezmann llegó al Mundial de Rusia con el rótulo de estrella del fútbol, pero con la deuda de guiar por el camino del buen fútbol a su selección. Pues en la final contra Croacia fue la figura del encuentro y el hombre que manejó las ideas de los bleus.
El 'Principito' es la máxima figura del Atlético de Madrid, pero su posible salida del club colchonero marcó su llegada al Mundial de Rusia, pues fue muy criticado por no asegurar su continuidad en esa institución.
Pero él se adueñó del ataque de Francia, que contaba con la velocidad de un joven Kylian Mbappé y de un guerrero como Olivier Giroud. Antoine lo tiene todo: velocidad, 'garra', inteligencia y buen pie, y fue todo eso lo que demostró en este Mundial.
En el primer partido, Griezmann aprovechó el primer uso del VAR en el Mundial y de penalti marcó el gol que abrió el camino en el encuentro contra Australia. Su jerarquía y personalidad se hizo presente para darle el triunfo a los suyos en aquel crucial momento.
La fase de grupos no tuvo más sus goles, pero en los octavos de final, contra Argentina, otra vez fue fundamental para empezar con bien pie el encuentro. Una vez más desde el punto blanco del penalti, el 'Principito' marcó y adelantó a los suyos.
Contra Uruguay tuvo un partido sensacional: un gol y una asistencia, pero más allá de su juego, su respeto por sus compañeros, y su amor por la tierra gaucha, lo hizo no celebrar aquella importante anotación.
Frente a Bélgica pudo hacer poco, sin embargo, de su cobro de tiro de esquina se marcó el único gol.
Pero lo que hizo en la final contra Croacia lo hace la figura de Francia en este Mundial. Cobró el tiro libre que derivó en el autogol de Mandzukic, aprovechó el VAR para marcar una vez más de penalti y manejó los hilos de su selección para sellar el título, el segundo en la historia de los Bleus.
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