Sin mayores complicaciones, sin verse amenazado, sin sufrir. Así resultó la definición de la llave de octavos de final del Mundial de Catar entre Países Bajos y Estados Unidos, que dejó a los primeros, los favoritos, instalados en cuartos de final.
La victoria fue un 3-1 lapidario que sí tuvo mucho de entrega, de intentos poco claros pero de una actitud innegociable entre los norteamericanos, y que en todo caso premió la efectividad de los naranjas, que siempre que enfilaron al arco rival hicieron algún daño.
Fue un primer tiempo muy, muy parejo, que solo desequilibraron los efectivos atacantes naranja: la estadística revela que hubo 5 opciones de cada equipo, pero Depay cazó la presa a los 10 minutos en una inocencia en la marca rival y Bling, a los 45+1 la mandó a guardar cuando le quedó un rebote frente al arco.
Los norteamericanos, que tuvieron al colombiano Jesús Ferreira como titular (poco pudo aportar) se acercaron Pulisic en dos ocasiones pero no tuvieron nunca esa precisión y por eso, aunque no negocian la entrega y el sacrificio, sufrieron en ese arranque un castigo casi irremontable.
Y en la segunda etapa de nuevo la tuvo Pulisic pero se la sacaron de la raya, mientras McKennie tenía la suya a los 53 pero el portero la sacaba por arriba. Corren, intentan, son incansables, pero confunden el camino al arco.
Ante esas debilidades Depay daba un susto a los 61 y uno más a los 71 que fueron convirtiendo en figura a Turner, recordatorio de esa efectividad neerlandesa que fue un puñal en la ilusión norteamericana.
El tiempo se fue escapando sin el impacto de Weah, con el cansancio de un Pulisic que es el único realmente distinto, con una opción de Wright que le sacaron de la raya y entonces por fin entró una: fue un gol medio torpe, casi sin culpa, que levantó Wright y sobró al arquero Noppert en uno de sus pocos errores en todo el certamen, a los 76 minutos.
Y claro que había tiempo para más, y Estados Unidos con lo que le quedaba se iba por el empate, pero Países Bajos de nuevo amenazaba a Turner y a los 81 eliminaba la zozobra: gol de Dumfries en un centro perfecto al área y adiós al partido y a la llave.
Al final pasó el favorito, el señalado, el que ahora verá en el sofá el Argentina vs Australia que decidirá su rival en cuartos de final. Todo se ha hecho con precisión... todo menos un rival que ponga en aprietos al relojito que es el equipo de Van Gaal.
