Argentina tiene la oportunidad dorada de romper una hegemonía europea en los Mundiales que ya tiene 20 años si logra coronarse este domingo en la final de Catar 2022 contra Francia.
Y eso, que parece una invitación a hacerse uno solo por la causa en toda Suramérica, está lejos de ser una realidad. La rivalidad entre Brasil y Argentina es más fuerte que todo.
"¡Yo, como brasileño, tengo que apoyar a Francia !", dijo con una sonrisa el ex portero Julio Cesar, guardameta de su selección en los mundiales de 2016, 2010 y 2014. Sí, estaba en el 7-1 contra Alemania. Pero ni eso lo conmueve.
"Adoro a Messi. Para mí él es increíble, sensacional, es bonito verlo jugar. Pero existe esa rivalidad saludable entre Brasil y Argentina. Si Brasil estuviera en la final obviamente los argentinos estarían en contra nuestra. No vamos a ser hipócritas en este momento", dijo a los periodistas en Doha tras un partido de leyendas de la FIFA.
Entiende el apoyo masivo al 10 argentino, pero lo suyo es diferente: "Amantes del fútbol que no son brasileños están haciendo mucha fuerza para que Messi se lleve la Copa debido a su historia, por la carrera que ha construido hasta ahora", explicó.
La sorpresiva eliminación de Brasil en cuartos de final es también un golpe del que no será fácil levantarse: "Cualquier eliminación es mala. Porque uno se programa, hace todo un trabajo interno, se prepara bien. Creo que no fue diferente con la selección brasileña. Vimos cómo estaba de unida la 'Seleção', ellos lo demostraban... Pero lamentablemente el fútbol es fútbol. Y a veces ni los mejores ganan. Debe ser un aprendizaje para el Mundial de 2026".
Así que ni lo sueñen: el domingo serán 214 millones de latinoamericanos haciendo fuerza por Mbappé y Griezmann y no por Messi y Argentina. Las cosas como son.