Es un sueño ganarle a un favorito al título mundial. Es una locura hacerlo así, con sabor a angustia, a hazaña, a gloria. ganarle a uno de los mejores del mundo sabe a esto, sentir orgullo de tu equipo se vive así, gritar hasta perder la voz no se olvida más. "Se lució Colombia, se lució", gritaba la tribuna, la banda sonora de una noche en Sidney que para siempre vivirá en la historia.
Colombia venció 2-1 a Alemania por la segunda fecha del grupo H del Mundial Femenino y está con un pie y medio en los octavos de final del Mundial Femenino 2023 Tranquilo, léalo otra vez. Se entiende la duda...
¡Sí! ¡Le ganó con autoridad, con incertidumbre, con suspenso, como le toca a Colombia todo en el fútbol femenino. Lo ganó porque lo mereció de principio a fin, porque lo buscó con pasión e inteligencia, con certeza y ambición, porque creyó hasta dejar el alma en la cancha. Lo ganó bien.
No Popp sino Mayra Ramírez tendría la primera opción a puerta, un cabezazo que le salió desviado pero que para la afición fue como si hubiera pegado en el palo.
A cada choque, a cada roce, a cada pelota iban las colombianas al límite, como correspondía. Y a los 20 minutos parecía que la misión se cumplía: no le llegaba una sola pelota clara a Popp, de las temibles laterales alemanas y su salida veloz no había noticia y en cambio eran Bedoya en el medio y Jorelyn en las alturas un retén impasable, una oda a la concentración.
El primer susto lo darían las favoritas a los 21 minutos, una desatención por derecha, a pura potencia dejaron en el camino a Montoya y Caro Arias pero quiso la fortuna que Magull pifiara su remate. Nos salvamos. Y en el tiro de esquina nos salvó Cata Pérez y de nuevo Jorelyn en la siguiente acción y era como si fuera despertando lentamente el gigante. Colombia lo sabía. Y lo sufría.
Vendrían dosis parejas de juego fuerte y a los 41 minutos la mejor opción alemana la desperdició la infalible Popp: falló el filtro de Arias y las centrales, la pelota voló por toda el área nacional y le quedó a la 9, que inexplicablemente la mandó arriba. No había que entenderlo, solo agradecerlo. Y en una de esas, como hiciera Bedoya, intentar un remate de mediad distancia aunque se fuera arriba del arco... nada más para soltar tensión.
El intento de gol olímpico de Usme cerró una primera etapa de un partido parejísimo, que Colombia disputó con garra, con notables rendimientos de sus zagueras, apenas un 32 por ciento de posesión pero un 100 por ciento de sacrificio. Vendría lo mejor.
Pero la noche no es suficientemente Linda hasta que aparece ella. A todos los haría esperar hasta los 52 minutos: vendría una rápida salida nacional, primer intento de Manuela Vanegas y en el rebote aparecería Caicedo, con un remate divino, suficientemente abierto, suficientemente potente, suficientemente lindo. ¡Goooolazoooo!!! gritó la tribuna, rendida a su estrella.
Fue una provocación y Colombia lo sabía y también tenía un plan: la furia alemana aceleraría el ritmo, lloverían los centros, se iba a recostar el juego sobre el arco de Catalina Pérez y habría que resistir como nunca, más que nunca; pero también se abrirían espacios y sería así como Vanegas y de nuevo Linda meterían miedo con un segundo tanto y el partido se jugaría al ritmo colombiano, con la pelota al piso, con la ventaja a favor.
La que se sumó a la causa fue la tan temida Popp, que dos veces mandó por arriba sus remates, uno en un tiro libre que heló la sangre de más de un fiel en las tribunas del Aussie Stadium, tanto como cuando fue atendida en el campo, se quedó un momento, se lo pensó para levantarse tras sufrir un duro cierre. El daño colateral iba a ser el sufrimiento... tal vez eso también estaba previsto.
Vinieron las amarillas, la tensión, más choques que solo se sancionarían a favor de las alemanas, la pelota de gol que le dio Mayra a Linda y que se perdió por centímetros y el error: Pérez cometía un penalti claro contra Oberdorf y era gol de Popp y la cuenta, que debía estar 2-1 se ponía ahora, a los 89, 1-1.
Pero no era el final. No tenía que ser así en una noche en la que todo se hacía bien. Faltaba el grito de Manuela, a los 90+7 en el tiro de esquina al que fue ella con la vida en el salto y que le patrocinó la afición: ¡Gooooollll!!!
Se fue el complejo, cayó el candidato al título, se puso el traje de gala Colombia y está casi en octavos. Se dirá tanto de esta cálida noche en Sidney y nada describirá la dicha de estar aquí, viéndolas tiradas en la cancha, agotadas, rendidas de felicidad. Así se siente el orgullo por tu equipo nacional: que no se te olvide nunca.
*Futbolred está en el Mundial gracias a Fibra Movistar, el internet fijo más rápido de Colombia