Sin sufrir, sin despeinarse, con talento suficiente de sus estrellas, FC Barcelona pasó por encima de un Osasuna muy débil, que cayó 4-0 en terreno catalán.
En el primer tiempo ya se sentía el dominio del local, con el intento de Coutinho al palo y el juego volcado en el área de Osasuna.
Poco tardó el gol, que llegó en un enredo en el área, a los 29, cuando intentaba Messi y le quedaba a Braithwaite para empujarla al arco. Pudo ser una 'mano de Dios' de Messi, lo que en medio del dolor por la muerte de Maradona, habría sido todo un símbolo. Pero no.
A los 44 ya se consolidó el dominio con un bombazo de Griezmann que celebró como correspondía: ¡el francés siendo el jugador que contrató el FC Barcelona!
El complemento vino con más festejos, el de Coutinho, favorecido a los 56 con un regalo de Griezmann, quien sirvió el tercero a los 56 y entonces, 13 minutos después, la polémica: la jugada que propuso Messi desde el medio campo, que por poco termina él mismo si no es porque se enreda frente al arco y que finalizó Dembelé, se anuló por algún fuera de lugar que todavía está por explicar el VAR.
A los 73, con un riflazo se cobró Messi la decisión dudosa de anular la jugada del gol y entonces sí puso la cuenta 4-0.
La celebración fue la esperada: con la camiseta 10 de Newell's y un beso al aire rindió homenaje a Maradona. Sin preocupaciones pasó FC Barcelona por la jornada de LaLiga, aprovechando el resbalón de Real Madrid y escalando posiciones en la tabla.
