Las aguas en la Dimayor están tranquilas y solo la elección del Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF), en la que el presidente de la entidad tiene voz y voto sin importar quién o cómo, parece ocupar la atención.
Han sido años previos de mucha actividad que bien valían este momento de sosiego para Fernando Jaramillo, el presidente al que le tocó la pandemia, la suspensión del fútbol, la crisis económica de los equipos que lo gobiernan y toda la larga lista de consecuencias que esa suma de atípicas circunstancias ha dejado.
Pero ahora, cuando se cumplen dos años de su mandato, la brisa vuelve a levantase y amenaza con mover, no siempre para bien, las tranquilas aguas.
El periodista Iván Mejía, hoy en uso de buen retiro, le dedicó un mensaje en el aniversario de su cargo que probablemente no era el que esperaba: "Dos años después de nombrado, Fernando Jaramillo no tiene nada para mostrar como presidente de Dimayor", empezó diciendo.
Dos años después de nombrado, Fernando Jaramillo no tiene nada para mostrar como presidente de Dimayor. Un lobbystas, subordinado de Serpa, sin ideas, sin gestión, pero político para quedar bien con todos. Repartiendo migajas y consiguiendo voticos. pic.twitter.com/ZMgRfJPAx1
— Iván Mejía Álvarez (@PajaritoDeIvan) February 10, 2022
La definición del perfil del presidente parece implacable: "Un lobbystas, subordinado de Serpa, sin ideas, sin gestión, pero político para quedar bien con todos. Repartiendo migajas y consiguiendo voticos", añadió Mejía.
Jaramillo prometió a su llegada un impulso económico para los clubes que al parecer no ha llegado, o al menos es lo que dicen los jefes de los clubes en cada asamblea; la modernización de los estatutos que tanto se ha pedido sigue siendo un asunto al que nadie le mete el diente y, aunque el directivo tomó como bandera el fútbol femenino, este sigue estancado en torneos cortos de dos meses en promedio, una realidad no muy distinta a la que había en el pasado. Es verdad que lo urgente muchas veces no da tiempo para lo importante, pero ya muchos dudan, dos años después, que el tiempo finalmente sí alcance.