Tres ilusiones a las que se aferra Colombia para Mundial femenino 2023

La competencia con Nueva Zelanda y Australia es difícil, pero el país confía en sus apoyos.

Cumbre entrenadores

La primera Cumbre de Entrenadores de la Conmebol se llevó a cabo este martes en Asunción.

Foto: CONMEBOL.COM

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24 de junio 2020 , 06:04 a. m.

Colombia sabrá este jueves, 25 de junio, si todos sus esfuerzos por ser sede del Mundial Femenino 2023 son exitosos.

El camino no arrancó bien, pues la calificación de la candidatura nacional fue la más baja entre los aspirantes, pero la Federación Colombiana (FCF) espera revertir esa situación a base de apoyos directivos clave y del entusiasmo de sus figuras más visibles, más ahora que ya la discusión es solo con Australia y Nueva Zelanda (candidatura conjunta) ante el desistimiento de Japón.

Colombia se apega a tras virtudes para desequilibrar la competencia, que están ganando los oceánicos con infraestructura y desarrollo del fútbol femenino. ¿Cuáles son?

El mecanismo de la votación

Este jueves, en la reunión definitiva para decidir el anfitrión de la Copa, serán 35 los miembros del Consejo de la Fifa que tengan derecho a voto. Colombia y Nueva Zelanda son parte, pero por conflicto de intereses no podrán votar.

En la decisión final, la Fifa tendrá un voto; Asia tendrá 7, África, 7; Concacaf 5, Conmebol 4, UEFA, 9 y Oceanía 2. 

La cuenta de Colombia es contar con ese voto de Fifa, representado en el presidente Gianni Infantino, muy cercano a Conmebol y a Ramón Jesurun, presidente de la FCF. Cuenta también con 9 votos más, que son los 4 de Conmebol, que ha afirmado su apoyo incondicional, y 5 de Centroamérica, por cercanía. Ahí estaría superando por un voto a Australia y Nueva Zelanda, con 2 votos de Oceanía y 7 de Asia. La pelea entonces sería por los apoyos de Europa (9) y África (7).

El apoyo y la gestión de Conmebol

En ese escenario en el que Europa y África decidan sus apoyos para Colombia o para Australia-Nueva Zelanda, será clave la buena relación de la Conmebol con la UEFA. Se trata de confederaciones que en el pasado han sumado mayorías, por lo cual se espera su lealtad en este momento.

Ahí tendrá un papel esencial Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol, otro escudero de la sede para Colombia. Asegurando la mayoría del Viejo Continente y al menos uno de África, Colombia ganaría el pulso.

Ventajas logísticas

Colombia tiene una ventaja geográfica que la hace ideal para recibir el primer Mundial Femenino en América Latina. Es paso obligado de aquellos que se dirigen de sur a norte del continente, es un importante epicentro de conexiones desde y hacia distintos lugares del mundo y su aeropuerto principal registra una alta y eficiente operación. Esa virtud suma frente a una candidatura como la de Australia y Nueva Zelanda, países que quedan lejos de todo y de todos.

Una vez superada la emergencia del coronavirus covid-19, se espera que la operación se reactive y sea satisfactoria para las delegaciones y los miles de viajeros que se esperan en 2023. Ya la experiencia del Mundial Sub-20 demostró que en ese tema hay pocos lunares.

Es cierto que en escenarios los oceánicos superan a Colombia, pero hay tiempo para ponerse al día e igualar ese punto de desventaja. 

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