Colombia, con el triunfo 1-0 contra Catar, dio un golpe de autoridad clasificándose como primero del grupo B de Copa América de manera anticipada. Sin embargo, el camino no fue sencillo contra el campeón de Asia, que dio más de un problema. Aquí, las claves de una victoria justa y reconfortante:
El golpe de autoridad de Queiroz
Llamó la atención que el DT conservara el esquema (4-3-3), la idea táctica, la ambición y la orden de presionar desde el inicio y hacerse cargo del partido, pero diera un auténtico golpe sobre la mesa al elegir a Duván Zapata como titular y dejar en el banquillo al capitán Falcao. El mensaje es claro: juega el que mejor está y el que, en teoría, tiene mejores armas para hacerle daño al rival. No importa su nombre, su brazalete o su trayectoria. Del capitán al utilero, todo el mundo presenta el examen.
Falcao suplente
La buena noticia para Queiroz es que tiene en Falcao a un tipo sin vanidad que pone el interés de su equipo por encima del suyo propio. Nunca se le vio incómodo con la suplencia y cuando llegó su turno siguió a cabalidad el plan, aportó su sacrificio –como contra Argentina- y leyó mejor que todos los atacantes que acabaron en cancha lo que planteaba el partido: había que inventar, salir de la zona natural, raspar y morir en el campo para asegurar la clasificación. Nunca una queja. No todos los equipos se pueden dar ese lujo…
Cambios arriesgados… pero efectivos
Excepto la llegada de Santiago Arias, que no fue mucho más trascendental que el papel de Medina en el primer tiempo, hay que decir que funcionaron las llegadas de Falcao y Luis Díaz al partido. El primero llegó ambicioso, leyó bien la dificultad de penetrar la férrea defensa de Catar y supo moverse para abrir espacios para los demás atacantes; el segundo fue punzante, en el mismo tono de Roger Martínez, tiene el arco pintado y siempre apunta a él.
El talento que rompe el molde
La diferencia que hace Colombia, líder del grupo B en Copa América, tiene nombre y apellido: James Rodríguez. No es que se minimice la importancia de los dos goles de Duván Zapata, la grata aparición de Roger Martínez, el orden del equipo como máquina, pero es un hecho que no es hasta que aparece la magia del 10 cuando todos los problemas se resuelven. Pasó contra Argentina en el gol de Roger que abrió la victoria y se repitió con Duván en el gol de la clasificación a cuartos y el liderato del grupo. Todo el fútbol de Colombia, en esa pierna izquierda.
La paz que se necesitaba
La victoria de Colombia contra Catar da la tranquilidad de corregir errores, desde el propio DT y sus planteamientos hasta los rendimientos por debajo de la curva de algunos jugadores. Es la ventaja de ver desde la barrera cómo otros se pelean ‘el filete’ de la clasificación como perros rabiosos, mientras el clasificado planea en la comodidad de su sala los partidos de la siguiente fase. Rotar la nómina, dar descanso a algunos, manejar los ‘tarjeteados’, esa será ahora la prioridad y no la obligación de arañar puntos.