Venezuela ya no quiere ser la cenicienta de la Copa América, y con ese objetivo llega a Brasil. Una selección encabezada por Rafael Dudamel buscará dar un salto de calidad y demostrar que lo hecho en el final de las eliminatorias y los recientes partidos amistosos no fue un golpe de suerte.
Para ello, el técnico de 46 años lleva una nómina que combina la juventud que brilló en el Mundial Sub 20 del 2017 y otros experimentados partícipes de varias frustraciones en las últimas competencias con la Vinotinto.
Este avance en el fútbol venezolano les ha dado la oportunidad de ganar experiencia. La realidad muestra claridad y calidad en cada una de sus líneas. El cerrojo de la defensa es un conocido del fútbol colombiano: Wuilker Faríñez. El guardameta de Millonarios, quien podría dar un gran salto en su carrera al finalizar este campeonato, ha dado grandes muestras de su calidad bajo los tres palos, y aunque sus 181 centímetros no digan mucho para un arquero, la inteligencia para moverse en el área lo hace un hombre al que le dan plena confianza desde el cuerpo técnico venezolano.
El centro del campo está liderado por un gladiador formado en la dureza del fútbol alemán e italiano: Tomás Rincón. Con 31 años, es uno de los más experimentados del plantel y guía a sus jóvenes compañeros en el centro del campo. Esta será su cuarta Copa América luego de las buenas presentaciones en Argentina 2011 y Estados Unidos 2016, aunque estuvo en la decepción de Chile 2015.
Y en el frente de ataque hay dos goleadores de raza que van por su hazaña en Brasil: Salomón Rondón y Josef Martínez. El primero es un experimentado de 29 años que ha hecho gran parte de su carrera en Europa, y hoy se deleitan con sus goles en la exigente Premier League de Inglaterra. Es el sinónimo de gol para la selección de Venezuela y ya tiene una experiencia de haber jugado como titular en las tres ediciones pasadas de la Copa América. El segundo hombre para los goles de la Vinotinto llega desde la MLS de Estados Unidos, donde fue la revelación con 62 anotaciones desde el 2017 en las diferentes competencias con Atlanta, y ahora espera revalidarlo con la camiseta de su selección.
Además de las figuras individuales, que seguro marcan una diferencia por su rendimiento dentro del terreno de juego, Venezuela ha logrado un balance místico, y eso se refleja en su buen presente. Gran parte de ese desarrollo se debe a la mano de Dudamel, quien ha sido el forjador de una generación joven que actualmente es el apoyo de esos experimentados a los que les queda poco tiempo para cumplir su sueño de hacer grande a su selección. El gran reto en la Copa América será superarse de una vez por todas y dejar de intentarlo. Debe hacerlo.