Era el rival que nadie quería en el sorteo. El mejor de la fase regular, el líder de la Premier League, el intachable. Nadie quería cruzárselo tan pronto.
Pero en este nuevo formato de la Champions League, esta era la suerte que le iba a tocar a cualquiera que no hiciera bien la tarea en el arranque. Liverpool no falló nunca, pero PSG tuvo que jugar los playoff y por eso le tocó este indeseable rival en los octavos de final, que tendrán su duelo de ida este miércoles en el Parque de los Príncipes (3:00 p.m.).
Luis Enrique y los aviones en París
“Liverpool es uno de los mejores equipos de Europa de los últimos años, ganador de la Champions hace poco. El trabajo de Arne Slot después del post Klopp, difícilmente mejorable, está siendo fantástico", empezó diciendo Luis Enrique sobre su oponente.
Cualquiera pensaría que le está trasladando la presión al rival, aunque también es verdad que no tiene que inventar nada: "Son una máquina casi perfecta de jugar al fútbol, un equipo bonito para ver, que puede atacar de manera tranquila o de manera acelerada. Tienen a un jugador determinante como Salah y con unos números excepcionales, pero no es solo Salah, hay muchos jugadores de altísimo nivel y son un equipo muy completo”, afirmó.
Se refiere, sin decirlo, al tridente de Liverpool que unas veces tiene a Cody Gakpo por izquierda y a Luis Díaz de centrodelantero, o al colombiano en su zona habitual con Darwin Núñez o Diogo Jota de ‘9′ o hasta Szoboszlai o Mac Allister o a Jones cayendo a esa zona.
Por eso para los franceses será como transitar en un aeropuerto: “Liverpool es uno de los equipos con mejor contragolpe de Europa. Es evidente que tener el balón es nuestra primera condición, es lo que buscaremos, pero hay que estar bien resguardado para no sufrir con las transiciones del rival. El problema con eso es que tienen tres aviones arriba, los aviones vuelan y parar aviones no es tan fácil. El objetivo es ser mejor que el rival y que no nos hagan daño en esas transiciones”, concluyó Luis Enrique.