"Lo amamos muchísimo, estamos felices y orgullosos de él y está alegría es de todos", afirmó Marcela Villegas de Galván, esposa del atacante colombo-argentino, que se fundió en un abrazo con Sergio en el camerino, cuando celebraban la hazaña.
Galván hace historia y además se convierte en un referente del fútbol colombiano.
Profesional como pocos, el récord no podía quedar en mejores manos (ó pies). Aunque el 218 fue de cabeza y ante el equipo de los amores Iván Valenciano, el anterior máximo artillero.
Y la fecha quedará grabada en la memoria de los hinchas: 25 de abril de 2010. Fue al minuto 85 cuando el partido parecía que se le escapaba al América.
Sergio Galván con la tranquilidad y frialdad de goleador que corre por sus venas dio gracias a todos: "Quiero agradecerle primero a Dios por la oportunidad de estar en esta profesión que tantas alegrías me ha dado y que he podido darle a muchísima gente. También a Colombia y a los equipos Once Caldas que fue el club que creyó, al Nacional y ahora al América, que me da esa oportunidad de hacer historia en el fútbol colombiano".
Su esposa vivía segundo a segundo el partido esperanzada en que hoy sí era el día del récord. "Es un premio para él y para todos nosotros que sufrimos y nos alegramos con todo lo que le pasa y sus logros en la vida", comentó la señora Villegas.
Para Sergio el gol siempre estaba por llegar, pero no en los tiempos de él, sino en los de Dios. Su fe, que le hace tapar al diablo de la camiseta con esparadrapo, nunca la perdió y mucho más al ver ese apoyo de los hinchas americanos desde las gradas del Pascual.
"Es un gran momento. Es emocionante hacer el gol en Cali y con el estadio apoyándome. Vivirlo junto a mi familia es una bendición, por lo que estoy agradecido con Dios".
Sergio Alejandro Galván Rey se convirtió en la noche futbolera del escenario ubicado en el sector del barrio San Fernando, de la capital vallecaucana, en ícono del balompié colombiano y seguro que va a pasar mucho tiempo antes de que alguien pueda superarlo.
El colombo-argentino anotó en el Pascual en el último partido del año que se jugaba allí, debido al cierre del escenario para su remodelación de cara al Mundial sub- 20.
"Estoy agradecido con los hinchas que me han recibido de la mejor manera desde el primer partido y en este momento tan feliz también. La celebración es de todos porque así lo sentimos en América", comentó el tucumano.
Sus hijos y su esposa le habían preparado dos celebraciones, una en casa y la otra en el camerino en compañía de jugadores y cuerpo técnico. Galván con la humildad que lo caracteriza se abrumó con el gesto de su familia.
"Estábamos en la casa con unas amigas y mis hijos y fue una alegría inmensa cuando hizo el gol, no tuvimos tiempo sino de organizar la llegada al estadio para darle la sorpresa de la celebración, porque aparte de la casa es importante festejar con sus compañeros, que han sido las personas que más lo han apoyado", explicó Marcela Villegas de Galván.
Galván Rey siguió festejando. Y es que no todos los días se inscribe el nombre en la historia...
Steven López Niño
Especial para FUTBOLRED