Elizondo, de 46 años, tiene cuatro hijos, se retiró en el 2006 luego de dirigir en el Mundial de Alemania, fue quien expulsó a Zidane en la final de la Copa del Mundo entre Italia y Francia y tuvo una carrera de 24 años como árbitro que lo llevaron a recorrer varios lugares del planeta, vivir experiencias inolvidables, a pisar diferentes estadios y a convivir dentro del campo con miles de jugadores.
El ex juez, que fue catalogado en 2006 como el mejor árbitro del Mundo y que debutó como internacional el 9 de octubre de 1996 en el partido Ecuador-Colombia, fue abordado por FUTBOLRED para hablar acerca de sus recuerdos durante la época que impartió justicia por los campos del mundo.
"Lo que nosotros hacemos es desarrollar el arbitraje como estructura arbitral en cada uno de los países, teniendo como objetivo perfeccionar, afianzar procedimientos y criterios para que arbitraje sea cada vez más parecido en distintos lugares del mundo y empezar a detectar árbitros jóvenes para integrarlos a un programa de talento", explico Elizondo de su labor con la Fifa.
Futbolred: ¿Por qué hay tantas críticas hacía el arbitraje en nuestro continente?
H.E: "El arbitraje ha cambiado en el mundo hace mucho tiempo, y Suramérica se ha encontrado detenida durante ese tiempo. Se quedó en un momento de transición, a ver qué pasaba, sin mucha exigencia y no sabiendo qué hacer con el arbitraje. Esto ha cambiado, tienen que convertirse en profesionales (del arbitraje). El profesionalismo no solamente es una cuestión de dinero, hay que establecer una estructura profesional, después hay que llevar a los árbitros por ese camino y sobre todo el profesionalismo entra por la cabeza. Hay que convertir toda una mentalidad".
Futbolred: ¿Los cambios de reglamento tienen que ver con esas fallas?
H.E: No, no. Lo que tiene que ver es cuántas horas le vas a dedicar por día a tu profesión, cuántas vas a entrenar y cuánto vas a preocuparte por ello. Si tienes un partido importante y sales corriendo de tu trabajo, sales a las cinco de la tarde, el partido es a las siete, llegas con la lengua afuera, desconcentrado, desatento y te van exigir al máximo porque nadie se va a acordar que vienes del trabajo, me parece que no estamos en el lugar justo. Si vamos a exigirle al árbitro lo que más puede, también vamos a brindarle todos los elementos y herramientas para esa exigencia".
Futbolred: ¿Cómo está su país frente a ese tema del profesionalismo?
H.E: "Hoy en la Argentina muchos de los árbitros viven del arbitraje, necesitaría alguna mejora o retocar alguna cuestión, pero los árbitros internacionales casi en un 80 o 90 por ciento viven del arbitraje".
Futbolred: ¿Por qué muchos árbitros pitan mejor fuera de su país?
H.E: "Eso tiene toda una connotación psicológica. El hecho de sentirte quizás en tu marco hay una sobreexigencia, una autopresión a una respuesta, a un cumplimiento, que las cosas te salgan muy bien y quizás la respuesta no es esa. Cuando uno sale del país se siente liberado de esa presión, deja fluir su verdadera capacidad, no se condiciona y vemos arbitrajes excelentes. Después, el domingo traemos ese árbitro al país y decimos 'me lo cambiaron, es otro'. Eso indica que hay un gran trabajo por hacer en la psicología que estos países de Suramérica, todavía no lo tienen y tienen a la psicología muy retirada".
Futbolred: ¿Cómo fue pitar su primer superclásico?
H.E: "Fue más o menos en septiembre del 97, tenía 30 años, recién empezaba, toda la vida mirando el superclásico por televisión y no sabía de qué se trataba. Tenía un miedo terrible, me iba a meter a la cancha y las rodillas me temblaban. Yo me ponía derecho para que no se notara".
Futbolred: ¿Recuerda en esos primeros superclásicos qué paso cuando recibió su primer 'madrazo' desde la tribuna?
H.E: "Esto tiene algo de distinto. En todas las categorías del ascenso, donde yo dirigí, no es lo de las tribunas. Lo que cambia del fútbol del ascenso a lo que cambia primera división, a lo que cambia un superclásico, es lo de afuera. Es la repercusión mediática que tiene un partido. En el ascenso te vas con una sensación si lo hiciste bien o mal, no hay muchas cámaras, no hay ninguna, todo es una discusión de si lo hiciste bien o lo hiciste mal. Ahora después del partido, verte en todos los periódicos con tu nombre, enciendes la radio y escuchar 'Elizondo' nada más, miras la televisión y 'Elizondo es un desastre, no pude dirigir más', ahí te cambia. Necesitas una fuerza psicológica muy importante, que es lo que va marcando la calidad de un árbitro con el otro".
Futbolred: Usted era un tipo muy serio dentro de la cancha. ¿Esa seriedad es la que debería tener todo juez?
H.E: "Yo creo que cada uno debe pararse en el lugar donde se siente más seguro. No todos tienen la misma personalidad, la misma experiencia de vida, no todos pasan por la misma formación. Yo los tenía muy bien engañados, se creía que yo no hablaba. Yo hablaba poco pero si usaba la comunicación no verbal, tenía un lenguaje corporal, usaba mucho las miradas, mis movimientos de mano, acercarme o alejarme de un jugador. Esa forma de comunicación la usaba muchísimo".
Futbolred: ¿Un partido que recuerde en Argentina?
H.E: "Yo creo que uno de los partidos más especiales fue este Boca-River, que fue mi primera vez. Como la primera vez que uno es novio, la primera novia nadie la olvida. Y creo que por otro lado hay un superclásico que no es tan mediático, pero mucho más complicado que Boca-River, pero dentro del campo de juego, Rosario-Newell's es mucho más complicado. Tuve la suerte de pitar cinco a lo largo de mi carrera".
Futbolred: ¿Y a nivel internacional lo que más recuerda es la final del Mundial o hay alguno más?
H.E: "Recuero mucho las finales de Copa Libertadores, recuerdo los partidos de Copa América. Todos los eventos que registra la Fifa tienen mucha repercusión mediática, pero los grandes desafíos y los partidos más difíciles y donde uno tenía que estar más metido y tener un buen rendimiento, me parecen que no se comparan, los partidos de Copa Libertadores y Eliminatoria tienen otro sabor".
Futbolred: ¿Un estadio?
H.E: "Por la presión, los estadios de Boca y Rosario Central, en Argentina, son de mucha presión. Por la reliquia, claro que no conozco todos, el Maracaná. Por lo bonito, el Camp Nou. Venezuela, claro que no dirigí, tiene unos estadios muy bonitos. A mi me gustaban los estadios que tienen las butacas casi adentro del césped, con mucha presión".
Futbolred: Si le tocará escoger un partido para volver a dirigir ¿Cuál sería?
H.E: "Me gustaría hacer un gira por el mundo y dirigir en cada uno de los países el clásico".
Futbolred: ¿Jugó fútbol?
H.E: "Sí, jugué fútbol".
Futbolred: ¿Cómo hace una persona que jugó fútbol para dirigir un partido y que no le den ganas de patear el balón?
H.E: "Pasa por dos cuestiones. Primero, por una separación de las cosas, no todos los árbitros llegan al arbitraje de la misma manera. Yo a los quince años me retiré del fútbol. Yo aposté todo a ser un jugador profesional, jugaba en un club que ahora está en segunda división en Argentina y me di cuenta que era uno más, que me iba a costar muchísimo cumplir ese sueño. Y como iba a terminar jugando en un equipo de segunda o de tercera esto se acabó. Seguí jugando al fútbol con mis amigos para divertirme y me dediqué al atletismo. Entré al arbitraje por otra cuestión. Soy un amante del deporte, juego todos los deportes, miro todos los deportes, consumo todo lo que hay y el fútbol fue pieza vital. Por otro lado la docencia. Amo ser docente y dentro del campo de juego yo siempre trataba de pararme de lado del educador y no tanto de la autoridad. Por otro lado tengo algo con la justicia. Yo desde niño soñaba con ser fiscal de la nación. El arbitraje cuadra dentro de todas estas cuestiones, no dije 'dejé el fútbol, soy un jugador frustrado y quiero de alguna manera seguir relacionado al fútbol, entonces me meto al arbitraje'".
Futbolred: ¿Un jugador al que era complicado dirigir?
H.E: "Yo tenía que tener mucho cuidado con Guillermo Barros Schelotto, Cuathemoc Blanco, Jose Luis Chilavert y Roberto Trotta. Después tuve muy buena relación con ellos fuera del campo, pero eran jugadores que uno estudiaba en la casa. Eran jugadores difíciles y complicados dentro de un campo de juego, que sabían muy bien lo que hacían y que su consigna era ganar. Jugadores complicados pero buen gente".
Futbolred: ¿Un gol?
H.E: "He visto tantos goles. No dirigí yo pero me quedó grabado uno en una Copa de Verano por allá en los ochentas, de Enzo Francescoli. Jugaba River un partido amistoso y lo metió de chilena casi en el borde del área".
Futbolred: ¿Un equipo que recuerde, al que era divertido pitarle y que daba gusto verlo jugar?
H.E: "El Sao Pablo de 'Tele' Santana, el Corinthians de Marcelinho, el Palmeiras de Rincón, el Atlético Nacional de 'Chicho' Serna, antes irse a Argentina... La selección Colombia que nos metió cinco goles y que la recordamos todos los días, esa jugaba muy bien".
Futbolred: ¿Hoy en día qué equipo le gusta cómo juega?
H.E: "Por el vuelco que ha pegado, porque se atreven a jugar, con el coraje que juegan y por el placer que da verlo jugar, la Selección de Chile es para sacarse el sombrero".
Futbolred: ¿Qué significa para usted ser el único árbitro que dirigió la apertura y la final de un Mundial?
H.E: "Es una anécdota, me tocó a mi. Fue un logro del equipo arbitral no mio de los tres. Va a quedar como un hecho histórico, como una anécdota, como la primera vez. Mi deseo es que no sea la última y que pueda haber equipos arbitrales que tengan una actuación más destacada que la que nosotros tuvimos en el 2006".
Futbolred: ¿Cuál es su sueño cumplido como persona o como árbitro?
H.E: "Creo que haber formado una familia y tener cuatro hijos. Y haberme propuesto, cuando recién empezaba, ir a un Mundial y haberlo cumplido. No por el hecho de haberlo cumplido, sino por haber planteado el objetivo, por la perseverancia. 24 años tuve que esperar, entrenar y meterle para poder estar ahí".
Diego Loaiza Gómez
Periodista FUTBOLRED
diegom@eltiempo.com.co