No fue casual lo que ocurrió con los tres equipos bogotanos en el torneo de ascenso. Continuó en carrera el elenco que estaba conformado para estas lides, mientras que se quedaron en el camino los otros dos, que están en formación, que están pensados más para sacar jugadores que para alcanzar títulos.
Una dura lección, sin duda, pero también una oportunidad para analizar y, sobre todo, para entender qué es lo que quiere cada uno.
Tras un buen comienzo, con un empate a domicilio y dos triunfos en casa, Bogotá FC se vino abajo luego de la primera derrota (1-2, en Palmira). El elenco dirigido por Oswaldo Durán terminó la primera vuelta de la Copa Premier II enredado en mitad de tabla, comprometido en su opción y, lo peor de todo, sin una idea futbolística clara. Del equipo de las primeras jornadas, que exhibía un agradable fútbol de toque y llegada, se convirtió en otro sin dinámica, sin ideas, sin un norte.
A medida que transcurrían las fechas, y muchas veces obligado por las circunstancias, especialmente por las repetidas sanciones por indisciplina, el técnico 'La Sombra' Durán fue encontrando la formación ideal. Poco a poco, lentamente, descubrió cuál era su base, su columna vertebral, y cuáles sus más importantes alternativas. De manera paulatina, así mismo, los refuerzos, algunos de los cuales llegaron cuando ya el torneo estaba en marcha, se fueron adicionando a la estructura para darle solidez.
A jóvenes jugadores como el arquero Andrés Mosquera, David Silva, Wílder Guisao o Yílmar Angulo, todos de gran proyección, se sumaron otros con recorrido como Harry Castillo, Wilberto Cosme, Raúl Pinilla, Carlos Hernández, Juan Carlos Guazá, Óscar Méndez y Sebastián Ramírez, entre otros, para conformar una nómina nutrida, variada. Sobre la base de esa combinación de juventud+experiencia, Bogotá FC se transformó tras aquella derrota en el primer clásico del torneo (1-2 en su casa).
En los últimos 9 partidos, los 'leones' obtuvieron cinco triunfos (3-0 a Barranquilla, 1-0 a Palmira, 3-1 a Itagüí Ditaires, 5-0 a Valledupar y 1-0 a Academia) y cuatro empates (3-3 con Bucaramanga, 0-0 con Dépor Aguablanca, 0-0 con Real Santander y 0-0 con Patriotas). Fueron 19 puntos de 27 posibles, para un rendimiento del 70,37 por ciento.
Sus puntos más altos fueron el partido en Bucaramanga, cuando estuvo 3-0 arriba en el marcador y después permitió el empate; la victoria sobre el superlíder Itagüí Ditaires a domicilio (su primer éxito del torneo por fuera de casa) y, claro, el triunfo sobre Academia en el cierre de la campaña.
Bogotá FC tiene jugadores que conocen muy bien su oficio, que están curtidos en cientos de partidos disputados en torneos de toda índole y categoría. Son de aquellos que saben apretar al rival, que saben cuándo es el momento adecuado del partido para hacer tiempo, cuándo es necesario acelerar el ritmo, cuándo es conveniente 'apretar' al árbitro, en fin.
Es, en otras palabras, tal y como lo demostró en estas últimas 9 fechas, un conjunto que sabe trabajar el resultado como local y como visitante porque hay madurez y experiencia.
Cuando hubo que recurrir a los 'grandes', ellos respondieron con creces. En los momentos de mayor tensión y responsabilidad, se echaron el equipo al hombro y lo condujeron de manera brillante a la clasificación.
Así, los 'chicos' pudieron darle rienda suelta a su talento sin mayores inconvenientes, fueron llevados de la mano con sapiencia y, al final, todos celebraron felices su paso a los cuadrangulares. El camino no fue fácil, hubo momentos de amago de crisis, pero a la postre la mezcla rindió los frutos esperados.
Academia, en cambio, demostró estar muy biche. Al elenco de Jorge 'El Chamo' Serna, que terminó dirigido por Arturo Reyes, pues el entrenador titular viajó a España para capacitarse, hay que reconocerle el buen trabajo de divisiones inferiores que realiza desde hace varios años.
Poseen una nómina envidiable, con jóvenes de gran talento y mucha proyección, pero a los que el peso de la responsabilidad de llevar al equipo a los cuadrangulares les pesó demasiado.
La columna vertebral de los 'mandarinas' estaba conformada por el buen arquero Jorge Iván Castro, el volante central Nelson 'Rolo' Flórez, el creativo Francisco 'Pacho' Serrano y el delantero Ricardo Laborde.
El de mayor regularidad fue, sin duda, Castro, que en muchas ocasiones evitó derrotas más dolorosas o, mejor aún, salvó puntos importantes. Flórez fue el mismo de siempre, con un generosísimo despliegue físico, con pierna fuerte, con liderazgo, incluso con gol (anotó 5, el segundo mejor registro del equipo).
Serrano, a pesar de sus altibajos, siempre fue útil para el equipo porque, ni más ni menos, era uno de los pocos 'diferentes': de aquellos capaces de cambiar el rumbo de un partido con un toque sutil, una genial habilitación, un remate preciso, en fin.
Pero, nunca pudo trascender más simplemente porque careció de un socio ideal. Laborde, por su parte, vino de más a menos y ni siquiera jugó el partido definitivo por encontrarse suspendido. En algunos encuentros fue vital con su endiablada gambeta, su potencia y su velocidad, pero otras veces se perdió en las simulaciones, en el individualismo.
Además de ellos, Academia mostró buenos jugadores como Diego Amaya, Juan Andrés Bolaños, Aulio Borja,Heffersson Aguilar, Jonathan Segura, Wilson Prado, Carlos Mario Carbonero, John Edward Hernández, Cristian Rayo, Camilo Másmela y Alejandro Niño, entre otros.
Una gran cantidad de muchachos surgidos de su cantera que le auguran un excelente futuro al equipo, quizás a la vuelta de dos o tres años. Por norma, casi todos tienen notables condiciones técnicas, aunque también les falta desarrollarse mucho en la parte física.
La mayoría de los partidos que Academia perdió en este torneo, especialmente en su estadio, fue por falta de experiencia para manejar el resultado. Es que a estos jóvenes, además de recorrido (algo que irán adquiriendo con el transcurrir de los partidos), les falta también una alta dosis de malicia.
Claro, en el buen sentido de la palabra: son demasiado inocentes, muy leales con el rival, exageradamente limpios para marcar. Pecan más por ingenuidad (hasta llegar al límite de las expulsiones, como ocurrió en toda la campaña) que por incapacidad.
Para dar un paso adelante en este proceso, es decir, para poder llegar a los cuadrangulares y aspirar a pelear una final, Academia necesita reforzar esta buena nómina actual. Son indispensables uno o dos zagueros de categoría, líderes que ayuden al arquero Castro a darle personalidad y solidez a la defensa.
También, otro volante central que sea el socio del 'Rolo' Flórez y la alternativa a la hora del 'juego sucio', para que no sea siempre el mismo el que termine amonestado o expulsado. Y, sobre todo, uno o dos delanteros de área, de esos que mantienen ocupados y preocupados a los zagueros rivales, corpulentos y cansones (del estilo de Célimo Polo, Leandro Vargas o Wilberto Cosme).
Hay una buena base, pero hay que retocarla para mejorar. Lo peor que podrían hacer los directivos de Academia sería dejarse llevar por el dolor de la eliminación y quitarle el respaldo al buen trabajo que se viene realizando. Ya en 2007 este equipo llegó hasta disputar la Promoción, así que ya conoce el camino del éxito. Lo que se requiere, entonces, es un recorderis.
El caso de Juventud Soacha es bastante parecido. Sus directivos iniciaron hace año y medio un proceso y se dieron un plazo de tres años para llegar a la Primera División. Han tenido altibajos, como es natural en estos grupos con mayoría de jugadores jóvenes, pero a lo largo de la campaña también demostraron calidad. No sobra recordar que los dirigidos por Arturo Leyva tuvieron un muy mal comienzo, con dos goleadas en contra (ambas, 1-4 con Bucaramanga y Academia) y que su primer triunfo llegó apenas en la sexta jornada, contra el débil Alianza Petrolera.
Aunque el equipo se cayó en las tres últimas fechas, realizó una muy buena segunda vuelta: fueron cinco victorias (2-1 a Academia, 3-1 a Atlético La Sabana, 1-0 a Expreso Rojo, 1-0 a Alianza Petrolera y 3-1 a Unión Magdalena), tres empates (2-2 con Bucaramanga, 0-0 con Cortuluá y 0-0 con Centauros) y solo una derrota (0-1 con Rionegro). Es decir, 18 puntos de 27 posibles, para un rendimiento del 66,7 por ciento. A la postre, se quedó por solo un punto.
A pesar de la juventud e inexperiencia de su nómina, Juventud Soacha jugó de tú a tú en todas las plazas y, en la segunda vuelta, no fue inferior a ninguno de sus rivales. Sufrió baches, como es natural, y al final le pesó demasiado ese mal comienzo.
Se quedó corto en lo numérico, mas no en lo deportivo. Ahí también hay una buena base que requiere algunos retoques para la próxima temporada y, sobre todo, un proceso que necesita continuidad y respaldo para que el trabajo realizado no se vaya por la borda.
Los 'chicos' de Academia y Juventud Soacha ganaron partidos, muy buenos algunos de ellos, pero no pudieron con toda la responsabilidad de la clasificación. Los experimentados de Bogotá FC se echaron el equipo al hombro, se amalgamaron de manera perfecta con los jóvenes y siguieron en carrera.
Uno de tres en los cuadrangulares es mejor que nada; sin embargo, la realidad es que, con un poquito de suerte, hubieran podido ser tres de tres. Porque, sin duda, calidad es lo que hay en los conjuntos capitalinos en el torneo de ascenso.
Carlos Eduardo González
Especial para FUTBOLRED