Tras la increíble temporada del Barcelona ganando la triple corona (Liga-Copa-Champions) con juego de alto vuelo, en el fútbol volvió el debate sobre la posibilidad de levantar títulos dando espectáculo, algo que había quedado machacado con los éxitos de Italia en Alemania-2006 o Grecia en la Eurocopa-2004.
Pero España en la última edición del campeonato Europeo demostró que se puede practicar un fútbol total y conseguir logros deportivos, con jugadores de buen pie como han sido Xavi Hernández, Andrés Iniesta o Cesc Fábregas.
Y ya lo ratificó el domingo, con la goleada 5-0 ante Nueva Zelanda, que supuso la undécima victoria en final del técnico Vicente del Bosque desde que se sentó en el banquillo ibérico. De hecho, sacó el 100% de los puntos.
"Todos queremos ganar y jugar lo mejor posible", lanza como filosofía Vicente del Bosque. "Este es un equipo ganador que sabe perfectamente lo que hace y que, además, disfruta y hace disfrutar enormemente a los aficionados", añade el salmantino.
Del Bosque, mantiene la línea ensamblada por Luis Aragonés y ha vuelto a apostar por el "tiki tiki", el control del balón y el ataque. Enfrente, tendrá que derribar los muros de Italia o incluso el Brasil de Dunga si quiere ganar la Copa.
La presencia del entrenador serbio de Irak, Bora Milutinovic, un táctico de primera hora que ha logrado hacer milagros con planteles modestos, garantiza un choque de estilos, cuando el once del Del Bosque se cruce con el del serbio, que tiene la experiencia de cinco mundiales encima.
El empate 0-0 ante Sudáfrica sirve de prueba. Tanto que el entrenador brasileño de Sudáfrica Joel Santana al término del partido criticó la táctica de Bora. "Detenían el partido a cada rato. En el primer tiempo apenas jugamos 32 minutos", dijo el carioca.
La campeona mundial Italia, con la vuelta de Lippi, ha regresado a las fuentes, después del batacazo de la Eurocopa con un "arriesgado" Roberto Donadoni que miraba más el arco de enfrente que cuidar el propio, contrariando la historia 'azzurra'.
Si bien la 'Nazionale' tiene jugadores de calidad, como Andrea Pirlo, De Rossi o Mauro Camoranesi, la fórmula del éxito ha sido cuidar el propio arco y rematar al rival de contragolpee, pese a que la prensa italiana ya pide mirar el espejo del Barça para ganar el cetro sudafricano.
"Lo más importante es consolidar nuestras mejores cualidades y aprovechar todas las ocasiones que se nos presenten para seguir mejorando hasta ser tan buenos como podamos", responde Lippi, quien sabe bien que un título le ha dado más reconocimiento que el juego lindo entre los exigentes 'tifosi'.
El caso de Brasil es particular. Su entrenador Dunga, todoterreno como centrocampista, trabajador y de pocos lujos, pregona esa misma filosofía de juego que ponía en práctica a la hora de calzarse los botines.
Discutido, criticado y muy atacado por renunciar al histórico 'jogo bonito' auriverde, el campeón mundial en Estados Unidos-1994 se mantiene firme en el cargo porque ha conseguido resultados: campeón de América-2007, bronce en Pekín-2008 y está en los primeros puestos de las eliminatorias sudamericanas.
Sin embargo, su crédito es mucho menor cuando hila un par de resultados negativos, pues la torcida no le perdona su falta de vocación ofensiva. "Cuando ganamos, nuetro rival es débil y cuando perdemos somos todos malos", se enojó en Sudáfrica el técnico Dunga.
Otro indicio de verdadero tactico es dejar fuera al hombre que no está al ciento por ciento físicamente, como ocurrió con Ronaldinho.
De hecho, con astros de la talla de Kaká, Robinho o Dani Alves, sus planteos han sido cautelosos y sus principales goleadas se sellaron por la vía del contragolpe, como contra Argentina (3-0) en la final de Venezuela-2007 o frente a Uruguay (4-0) por las eliminatorias mundialistas sudamericanas.
Johannesburgo
AFP