Sus pasos por México (1986), Costa Rica (1990), Estados Unidos (1994), Nigeria (1998) y China (2002), siempre en Copa del Mundo, lo constituyen en un trotamundos sabio del fútbol, que ahora busca volver a hacer historia, en Sudáfrica-2009, un torneo que agrupa a los campeones continentales.
"Cuando ganamos el Campeonato de Asia, frente a Japón, Corea del Sur, Australia, Irán, Arabia Saudí... eso muestra la capacidad del equipo", se entusiasma Milutinovic, quien "admira" a sus jugadores por la entrega en el terreno de juego.
"La vedette es Younis Mahmoud, goleador de la final del Campeonato de Asia (1-0 ante Arabia Saudí). Marca muchos goles, corre rápido... está en el club Al-Gharafa, de Qatar, pero puede jugar en Europa, tiene nivel", explica en una entrevista a la AFP el director técnico de 64 años.
"También está el armador Nashat Akram, que acaba de firmar con el Twente, de Holanda, o el volante Hawar Taher Zeebari, que milita en Chipre para el Anorthosis Famagusta", agrega Milutinovic.
Jugadores de talento hay, considera el entrenador. Sin embargo, Irak ya quedó eliminado de la próxima Copa del Mundo, incluso antes de la última ronda de clasificación.
"El equipo perdió en un grupo fuerte, con Qatar, Australia y China. Hay que dacar conclusiones de los fracasos, por supuesto", afirma Bora.
El tema de la religión y los diferentes orígenes de los jugadores, a veces de etnias enfrentadas, parece no inquietar al serbio.
"Son todos iraquíes, sólo iraquíes. Están contentos en el entrenamiento y sobre ese tema son discretos, y yo no me hago problema por eso, sólo me preocupo por prepararlos", dice el ex entrenador de San Lorenzo de Almagro de Argentina.
Para ello, su plantilla viajó a Qatar.
"Aprovechamos las magníficas instalaciones de la academia de deportes 'Aspire', en Qatar, un complejo magnífico y muy práctico. En cuanto al entrenamiento mental, para motivar a mis jugadores... no puedo decirles 'esto es la guerra'... (risa)", relata.
Irak no ha jugado un partido en su tierra desde 1980, por conflictos bélicos. Una desventaja que se siente, sobre todo en el fútbol.
"La actitud de mis jugadores es perfecta. Tienen valentía, motivación. No jugar de local es una desventaja terrible, pero los resultados muestran el carácter del equipo, es el espíritu de su pueblo, su cultura. Son luchadores. Cuando veo las condiciones de vida en Bagdad, admiro a mis jugadores", expone.
A partir del domingo, con el arranque del torneo, Bora vuelve al primer plano internacional. ¿Sus objetivos? "Esto es deporte y siempre hay que tener objetivos grandes: ganar. Pero somos conscientes de la superioridad de selecciones como España, Italia o Brasil", admite el serbio.
Pero "esta es la experiencia más linda", subraya sin temor Milutinovic.
"Me impresionó mi visita a Bagdad, cuando fui a firmar mi contrato. Pasé una decena de días allá, una experiencia única. Aprendí muchas cosas y así puedo entender mejor a mis jugadores, lo que viven. Y el público tiene una verdadera pasión por el fútbol, un poco como en el Ajax (Amsterdam) o en Sevilla", dice.
Johannesburgo
AFP