La nueva política de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) entró en vigor el 1 de enero de 2009.
En ésta se establece que cada Federación deportiva nacional tiene que designar un grupo de deportistas de alto nivel, que deben proporcionar el lugar exacto en el que estarán durante una hora al día para que se les pueda realizar un eventual control antidopaje.
La Fifa, que reclamó que se dejara tranquilos a los jugadores durante sus vacaciones, no ha designado un solo grupo, sino tres en función del riesgo de posible dopaje.
Solamente los jugadores lesionados o suspendidos de larga duración deberán plegarse a la norma completamente durante su ausencia de los terrenos de juego.
Los clubes en liza en la Liga de Campeones deberán proporcionar una agenda colectiva para los días de actividad del equipo, al igual que los equipos nacionales clasificados para la Copa de las Confederaciones durante los dos meses precedentes a la competición.
La UEFA (órgano regulador del fútbol europeo) y la FIFA decidieron a fines de marzo rechazar la política de localización de la AMA. Tras esto, el director general de la AMA, David Howman, y los responsables médicos de la FIFA se reunieron a principios de abril en Zúrich para calmar los ánimos.
La AMA reconoció el nuevo reglamento de la FIFA, aceptando que el sistema sea probado este año, para ser evaluado en 2010.
París
AFP