Con tres de los cinco participantes argentinos fuera del torneo continental antes de finalizar la segunda fase, los únicos que siguen en carrera son Estudiantes de La Plata, que ya tiene el boleto a los octavos de final, y Boca Juniors, que lidera el Grupo 2 y está muy cerca de asegurarse la clasificación.
De hecho, al club auriazul le bastará con empatar como local en su bastión del estadio La Bombonera el jueves próximo ante el venezolano Deportivo Táchira, pero incluso podría quedar como el equipo de mejor puntaje en la clasificación general en caso de imponerse en el último encuentro de la zona.
De su lado, Estudiantes, sin mostrar un fútbol deslumbrante, se hizo fuerte en La Plata, donde cosechó sus tres victorias, y aunque penó para rescatar un punto de visita ante el boliviano Universitario de Sucre, se las arregló para sostener su ilusión.
Sin embargo, el principal denominador en esta temporada de la Copa es el flojo paso de los gauchos, que en el mejor de los casos sólo podrían ubicar dos equipos entre los 16 mejores, en una caída considerable respecto de la edición de 2008, cuando los cinco argentinos superaron la ronda inicial, aunque ninguno llegara luego a la final.
Como dato curioso, algo similar sucedió en 2007, cuando sólo Boca y Vélez Sarsfield superaron el filtro de los grupos, y el club auriazul terminó por quedarse con el título.
En el caso de River, la historia de lamentos en la Libertadores agregó otro capítulo con la derrota por 4-2 ante el paraguayo Nacional, en Asunción, que dejó sin chances al conjunto millonario, aun cuando le queda un partido ante el peruano Universidad San Martín, que sí consiguió sellar la clasificación.
River conquistó la Copa en dos ocasiones (1986 y 1996), pero esa cantidad parece exigua si se toma en cuenta que es el equipo argentino con mayor cantidad de participaciones (30) en el medio siglo de vida de la Libertadores, y que en la mayoría de esas intervenciones partía como firme candidato al título.
Esta vez, el adiós quizá no haya resultado tan inesperado, si se tiene en cuenta que el semestre pasado River fue último en el campeonato local, y que no pudo mejorar más allá de las incorporaciones de Marcelo Gallardo y Cristian Fabbiani, y el desembarco del entrenador Néstor Gorosito.
De todos modos, sí fue inesperada la salida precipitada, en un Grupo 3 en el que sólo el uruguayo Nacional, un histórico de la Copa, asomaba como un adversario riesgoso.
En los próximos días se verá cómo repercute esta eliminación en River, que tiene la posibilidad de ir en busca del festejo en el Torneo Clausura local, en el que ocupa el cuarto puesto y está a cinco unidades del líder Vélez, cuando restan nueve fechas para el epílogo, aunque para ello deberá levantar muchísimo su nivel de juego.
Otro perjudicado fue San Lorenzo, pues la salida de la Copa, aun cuando todavía el martes debe jugar ante el peruano Universitario, hizo estallar una crisis que derivó en el alejamiento del DT Miguel Angel Russo y en durísimas reprobaciones con insultos y agresiones para los jugadores.
Con once participaciones, el Ciclón jamás pudo alzar la Libertadores y ese continúa siendo el gran examen pendiente de su centenaria historia, que tampoco pudo rendir en esta temporada, con un plantel armado para la ocasión con el apoyo económico de un grupo empresario liderado por el animador de televisión Marcelo Tinelli.
Menos traumático representó el tropiezo para el humilde Lanús, que llegó a la Copa apenas por segunda vez, y más allá de mostrar un juego vistoso en el orden local, en esta oportunidad ni siquiera pudo cosechar un triunfo en alguno de los cinco partidos que disputó.
Al margen de las repercusiones y de que todavía resta un largo camino por delante, la impresión es que, hasta el momento, a los equipos argentinos les costó rendir en la Libertadores, un certamen que otorga protagonismo en la misma medida que demanda una gran exigencia y un protagonismo especial para alcanzar la gloria.
AFP