Esta idea fue acogida de forma tibia por la Asociación de árbitros italianos (AAI).
"Detener un partido durante varios minutos podría ser una idea, pero suspender un partido con miles de aficionados que van a verlo puede ser un problema", declaró su presidente, Marcello Nicchi.
"El árbitro tiene que ser consciente de todo lo que pasa dentro del campo y tener que controlar lo que sucede fuera puede ser demasiado", añadió Nicchi.
El problema del racismo volvió al primer plano de la escena en el Calcio el sábado pasado cuando Mario Balotelli, de 18 años, atacante del Inter Milán, fue blanco de insultos racistas desde el principio del partido contra la Juventus.
Ante la polémica suscitada por los incidentes que implicaronn a la joven promesa italiana, nacido de padres ganeses y adoptado por una familia italiana, un juez deportivo italiano condenó a disputar un partido sin hinchas a la Juventus, que se cumplirá el 3 mayo, cuando reciba al Lecce.
Roma
AFP