El Southampton Leisure Holdings, propietario del club, previno que salvo una importante inyección de capital, el club no podrá proseguir su actividad.
El club descendió a la segunda división en 2005 tras treinta años en la élite. Todavía no tienen asegurada su permanencia en la segunda categoría.
Una posible quiebra del Southampton produciría la primera víctima notable de la crisis financiera en el fútbol inglés.
Londres
AFP