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Iba a ser una fiesta ante su afición, una invitación a la recuperación en Premier League y un abrazo anhelado, fue un amargo balance y un empate 3-3 de un Liverpool incapaz de resolver sus problemas de marca, contra un Brighton que lo hizo ver muy mal por muchos momentos y hasta pudo sorprenderlo. Díaz fue suplente y cuando ingresó dio una mano, pero no es una golondrina capaz de hacer verano.
Otra vez era una coladera la zaga roja, que veía caer el primero de Brighton a los 4 minutos, cuando se equivocaba dos veces Alexander-Arnold , primero en el rechazo y luego en un resbalón en el área que le abrió espacio a Trossard para castigar a Alisson Becker.
Y suerte que estaba el brasileño porque salvó dos veces después el segundo, una para corregir a Matip y otra, la más clara a los 12 minutos, cuando salvó con los pies espectacular en el intento de Trossard, que en todo caso encontró premio a los 17 con su doblete: otra pérdida de Alexander-Arnold y luego Henderson, Matip, Tsmikas y hasta Van Dijk llegaban tarde a los cierres, como invitando a otra celebración. Todo mal entre los 'reds'.
En el ataque un remate cruzado de Salah, algún tiro de esquina de un Alexander-Arnold que buscaba afanosamente la redención que no le llegaba y no mucho más. Muy sólido era el Brighton en la salida y en el repliegue y no encontraba caminos Klopp... a quien le tocaba mirar al banquillo, a Luis Díaz, para buscar otra respuesta distinta a un Carvalho sin impacto.
Llegaba el descuento de Firmino a los 33 con 'delay' de VAR pues Salah, en el pase, parecía adelantado, pero al trazar las líneas se permitía el festejo.
Así se iban al descanso con una certeza del Brighton: en el segundo tiempo iba a ser una tromba el local después de esa provocación que fue su gris tiempo. Y el hombre clave sería, por supuesto, Luis Díaz.
Se iba Carvalho medio frustrado y era el colombiano una velocidad distinta en la banda, una preocupación gigante que se volvía angustia cuando partía perfecto al pase profundo y medía llegada de su amigo Firmino para darle una asistencia impecable, que de puro talento terminaba en el 2-2.
La ventaja se esfumaba y entonces venía el infortunio: a los 63 minutos un inocente lateral que iba a la cabeza de Díaz terminaba en el autogol de Webster. Culpa de nadie, marcador 3-2 y calma al cuerpo de los 'reds.'
Díaz iba y venía por su sector ayudando también en marca, ratificando que de la gira con Selección Colombia trajo motivación y no cansancio.
Pero ojo que parecía quedarse en la fiesta el dueño de casa y dos veces se perdía el empate un Brighton siempre peligroso, que hacía figura a Alisson Becker, tapando el cabezazo de Welbeck a los 73 de manera magistral.
El tema es que no se resolvió el problema defensivo nunca y Trossard a los 83 cumplió su sueño y salvó el esfuerzo enorme del Brighton en Anfield: entró perfecto por el medio para definir cuando salía en la foto Díaz, llegando tarde a ayudar a cerrar. Pudo hacer más, es cierto, pero tendrían que haber llegado refuerzos... En fin, fue un 3-3 amargo porque pintaba para sufrida victoria pero victoria al fin.
En vez de eso se empantana Liverpool en Premier League, que es lo que preocupa: noveno con solo diez puntos, a 11 del Arsenal que es super líder y lejos hasta de Brighton, que es cuarto con 14 unidades. No hay respiro y ya el margen de error se reduce para los de Klopp. ¿A dónde se fue el equipo implacable de la última temporada?