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Tardaba el local en llegar al partido y a los 2 minutos ya celebraba el enemigo: Bruno Fernandes tenía tiempo y espacio y soltaba un remate inatajable para dar una idea de lo que vendría.
De la velocidad pero combinada con precisión del líder de la Premier había más poco en los primeros 45 minutos, más allá de un par de intentos de Gundogan, De Bruyne de tiro libre y de Mahrez sobre el cierre, cuando por centímetros no llegaba al centro con el arquero vencido.
Y para empezar el complemento, algo más de su medicina al City, cuando al 49 Luke Shaw proponía la salida, se juntaba con Rashford y la pared le volvía para un remate a la esquina de la portería, como en cámara lenta y sin que una sola pierna azul se atravesara.
No despertó nunca el equipo de Guardiola pues a los 68 se salvaba de la goleada cuando Martial dio mal la última puntada a un jugadón del United, una sucesión de toques que debió ser e 0-3 pero que a tiempo evitó Ederson.
Así se fue un invicto de 21 partidos y aunque no es para arriesgar el liderato del City, sin duda será una semana difícil para todos, tratando de explicar estas sucesivas fallas en casa.