Increíble pero cierto: ¡Chelsea y Tottenham se olvidaron de los arcos!

a los 10 minutos, la jugada de gol de Timo Werner, un contragolpe hermoso, se anuló por justo fuera de lugar del alemán y a los 14 Aurier exigía a Mendy, quien salvaba su puerta a tiempo.

Chelsea asumía el rol de dueño de casa, se acercaba sin éxito con Abraham y Mount e intentaba abrir el juego con N'dombele, mientras Tottenham aguantaba y solo Kane tenía alguna aproximación de riesgo en la portería rival.

Pero entonces el partido entraría en una sucesión de faltas, de estrategias para desconectar el talento de lado y lado y, sí, aunque no se pueda creer, un partido sin opciones de gol en el primer episodio.

Se esperaba que el complemento cambiara la historia pero no: se irían más de media hora en choques y más choques, extremos que no lograban conectar con los delanteros y jugadores como Son y Ziyech metidos en tareas de marca... tratando de impedir lo que ellos, de frente al arco, suelen resolver bien.

A los 81 Mount se compadeció de los fanáticos en la TV y probó a Lloris, quien reaccionó bien, abajo a su palo izquierdo. Y Giroud, que entraba sobre el final, le metía un rematico al cuerpo de LLoris, en una jugada que pedía un riflazo. Lo Celso a los 93, eligió un intento frustrado de lujo cuando pudo hacer más daño. Y fin de la historia.

Y se fue así un partido espeso, sin goles pero sin ocasiones de gol, lo que no se puede creer para un partido de Premier League. Dirán Mourinho y Lampard que fue una delicia de partido táctico. Se ve que a ellos no les toca verlo por TV.