Opinión

La noche de Serrano

Nicolás Samper escribe sobre el arquero de Alianza Petrolera.

Columnista Futbolred Foto: A. particular


23 de febrero 2021, 01:49 p. m.
La pelota venía llovida, enviada con desacierto por el pie izquierdo de Darwin Andrade. Como una gotera que se filtra en el techo la pelota fue bajando lentamente hacia la posición del arquero de Alianza Petrolera que, hasta ese minuto 95, había sido uno de los hombres más importantes del esquema planteado por Wilson Gutiérrez y que se estaba llevando un valioso triunfo en la casa del Deportivo Cali que sorprende a todos por su buen juego, pero que se quedó enterrado en la noche del lunes entre la propuesta del visitante y su propia impotencia. Les pasa a todos eso de tener una mala noche y el elegido para comprar ese boleto parecía ser el equipo que acertadamente conduce Alfredo Arias.
La pelota cae y Serrano manda los brazos para atrapar arriba y esperar a que el árbitro termine el partido, pero de repente las manos se convirtieron en el teflón antiadherente indicado para que el transcurso de un encuentro que parecía controlado se fuera al piso. Serrano entonces estira las manos, la pelota, fácil como pocas, se le escurre y se va hacia dentro del arco. En su esfuerzo el portero se lanza y trata de sacarla, pero fuera de eso tiene la pésima suerte de que, al dar el manotazo, la pelota pega en su pie cuando va cayendo y el balón termina dentro de la red.
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Anoche, hablando con Óscar Córdoba -un hombre que algo sabe del asunto- lanzó una teoría que me pareció acertadísima: Serrano estaba pensando en la segunda jugada antes de resolver la primera. Es decir, la confianza propia de la edad y de una buena actuación tal vez lo hizo confiarse un poquito más y por querer resolver la letra B, se enredó con la letra A. Agregó como argumento el arquero que supo atajar con Colombia, América y Boca Juniors entre tantos otros, que en la cara de Serrano se vio perfectamente lo ocurrido antes y señaló en el video que el uno de Petrolera había ya bajado los ojos, pensando en la jugada siguiente, y ahí fue que la pelota y sus manos le hicieron pasar un muy mal momento.
Serrano tendrá que aprender a vivir con esa elección de lugar que encontró en el fútbol. Más allá de las lágrimas y de la tristeza, este es el momento de levantarse y seguir. Es el costo y el riesgo de ser arquero, así que Serrano ya aprendió la lección.
Decía Amadeo Carrizo: “si decidiste ser arquero, te van a hacer 200 goles tontos; ahora, hay que tratar de que esos 200 no sean en el mismo partido”.
Ánimo, Serrano. No fue el primero ni será el último en equivocarse.
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