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Millonarios sabía cuál era su tarea, ganar o ganar y por una buena cantidad de tantos, esperando un “milagro”, al que poco le faltó para ser real y soñar con una eventual clasificación a la gran final de la Liga BetPlay. Sin embargo, la tranquilidad para los embajadores fue efímera. Pese a conocer el resultado en Ibagué, no hicieron la tarea, desde un principio.
El 2021 acabó para los azules, sin títulos, dentro de un toque agridulce, pues el cuadro de Gamero buscó en su estilo cada partido, dejando gran huella. El partido contra América dejó cosas para revisar, desde el empuje. Puntos a tener en cuenta, a mejorar y cosas por corregir.
Actitud: pese a no mostrar su mejor partido, incluso, puede ser de los más regulares del cuadrangular, el empuje de los azules no tiene ninguna discusión. La intención, pese a que era más por la parte mental, dejó ver con mayor precisión la intensidad en ataque que puede llegar a ejecutar Millonarios.
Las acciones de gol son muestra de ello, pero, la capitalización de ellas dicen algo totalmente distinto.
Cambios efectivos: la entrada de Jader Valencia dejó en evidencia que puede llegar a ser tenido en cuenta, en caso de dejar la vacante Fernando Uribe. Jugando de espalda al arco, creó opciones y se combinó con sus compañeros del medio campo.
El sincelejano luchó cada pelota, buscando bajar la esférica en el juego aéreo. Gamero se la jugó y le dio entrada a Márquez, resistido por su poca influencia en el juego. Valencia pasó a la banda, donde también pudo mostrar cosas interesantes, tras la salida de Ruiz.
Definición: en el duelo de este jueves, los azules tuvieron un total de 10 opciones de cara al arco, sumándole otros 21 que fueron desviados. Muestra del poderío ofensivo, el cual fue el común denominador para los embajadores durante el año. Terminaron como el segundo equipo con más tantos a favor, anotando un total de 78 dianas en los dos semestres.
La tranquilidad de Fernando Uribe no apareció, el penalti errado y el nivel mostrado en gran parte de los cuadrangulares son muestra de ello.
Zona izquierda, como nueva alternativa de ataque: Omar Bertel se convirtió en un factor fundamental en el ataque y defensa de Millonarios. Su nivel fue en aumento en los cuadrangulares, aportó con bueno desborde, profundidad y centros precisos que llegaron a conectarse en el área rival. De hecho, en gran parte del semestre, ese sector era poco explotado.
El entendimiento del lateral con Daniel Ruiz o Emerson, jugadores habituales para alternan por esa zona, permitió crear sociedades, esas que aportan a la destrucción del esquema rival. En este caso, aprovecharon que a Geovan Montes no le hacían el relevo adecuado, pues en más de una ocasión, le hicieron el doblaje para poder conectar la pared, entrando Bertel o Ruiz por esa zona.
Sin Román, se nota la diferencia por derecha: el lateral se ganó el lugar a pulso. Cuando Gamero llegó, el elegido era Perlaza. Sin embargo, las cualidades que posee el bogotano le permiten ser un arma más que letal en ataque, pues tiene proyección para ir al ataque, remate y se entiende con Emerson Rivaldo, jugador habitual en dicha zona.
La entrada de Perlaza no permitió esa interiorización a la mitad de la cancha, que hacen los dos laterales de Millonarios. Pese a tener un partido discreto, el entendimiento con sus compañeros de banda.
No aprovechamiento de los espacios: el esquema de América, sobre el papel, era de cinco defensores y tres mediocampistas. Ese espacio entre ambas líneas no fue aprovechado con velocidad por parte de los azules. Pues eran casi 20 o 30 metros, donde no había, en ocasiones, referencia de los de Osorio.