En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de
terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística,
optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada
con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa
navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo
deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Lo que parecía una noche de fiesta en El Campín, terminó en tristeza y desilusión. Millonarios dejó escapar una oportunidad de oro para acercarse a la gran final del fútbol colombiano, tras igualar a un tanto con Deportes Tolima. Ahora los azules deben ganar sus dos partidos restantes del cuadrangular B y esperar un milagro con resultados ajenos.
La previa no fue nada fácil para el hincha embajador. Tanto el clima como el estado de la ciudad fue un aviso, leve pero certero, de lo que sería el sentimiento popular pasadas las 10 p.m.
Para el público fue una completa odisea llegar al máximo escenario capitalino. Como si el arribo de 32.815 hinchas no fuesen suficientes, la capital contó justo aquella noche con ciclovía nocturna, razón por la que muchas vías principales tenían limitada circulación, y a menos de nada había un concierto en el Movistar Arena. Problemas por doquier.
Ahora, no podía faltar la lluvia, esta vez leve, que paralizó aún más las calles. Toda una odisea para quienes deseaban asistir a la cita crucial de Gamero y los suyos en la cuarta fecha de los cuadrangulares.
Quienes llegaron sobre las horas de la tarde gozaron de tranquilidad total, quienes llegaron en la noche sufrieron de más...
Ya en las afueras del recinto y a pocos minutos de presenciar el pitazo inicial de Wilmar Roldán, algunos hinchas jugaron a ser adivinos e intentaron pegarle al resultado. Absolutamente todos confiaban o por lo menos esperaban esa victoria que jamás llegó.
Justamente uno de ellos optó por la mesura, clave en la previa de un duelo vital, y dijo “así sea por medio cero, es obligación ganar”. Gran razón tenía. El azul debía sí o sí imponerse en casa para igualar al pijao en la punta del grupo con siete unidades.
Otro de los temas en cuestión fue clave para muchos: ¿qué haría con la renovación de Daniel Giraldo y Fernando Uribe? Recordemos que la situación de ambos jugadores está complicada y Junior de Barranquilla les hace ‘ojitos’.
Todos estuvieron de acuerdo en que se debe asegurar la permanencia de ambos como sea para el 2022. Claro que el delantero e ídolo se llevó todos los focos, su sacra condición de dar alegrías es determinante: “el goleador siempre será el goleador, eso no hay de otra”, mencionó uno de los hinchas.
Cada uno ingresó a su tribuna con la esperanza de ver a su equipo con los anhelados tres puntos. La primera imagen de muchos fue ver a las dos escuadras alistándose para la batalla y la barra popular cantando. Posterior a ello llegó el himno de la ciudad a todo pulmón, ese “Bogotá, Bogotá, Bogotá” que retumba por Galerías y el silbatazo del juez central para terminar esa previa que carcome el alma.