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Pasaron las horas y aquello que parecía un escenario catastrófico para el Cúcuta Deportivo, tras el anuncio de Ministerio de la suspensión del reconocimiento deportivo, no lo fue tanto.
El club, que ahora juega en Armenia pues en la ciudad que le da nombre acumula millonarias deudas y no puede usar el estadio General Santander, levantará el castigo de una manera más o menos sencilla: pagará cerca de 200 millones de pesos y tendrá de nuevo su reconocimiento, así, como quien paga la reconexión de un servicio público.
El sentido común dice que ante una realidad comprobada por el propio ente de control del deporte, que es el Ministerio, de sucesivos incumplimientos en pagos de seguridad social y derechos de los trabajadores, parece una pena liviana el pago de una multa por una cantidad que, en rigor, es casi de caja menor en casi todos los equipos del torneo local.
Y es que las reglas son claras y las que cobijan al Cúcuta Deportivo, por muy polémico que sea su presidente, José Augusto Cadena, no admiten discusión a la luz del derecho: "Al presentar Acolfutpro las pruebas de no pago de cesantías y primas entre 2018 y primer semestre de 2019, se estableció que el monto llega a 168 millones de pesos, es lo que el Ministerio de Deporte establece como el monto de obligaciones pendientes. Al pagar se permite que la suspensión quede revocada", explicó Carlos González Puche, de Acolfutpro.
Pero, ¿por qué son tan bajas las multas y por qué tardan tanto en conocerse los fallos? "El Ministerio lo que hace es revisiones bimestrales y cuando se ven faltas de pago abre las investigaciones. Las sanciones de la Ley 1445 son las que contemplan la suspensión del reconocimiento deportivo, pero exigen el pago de lo que se debe y también tienen un tope en las multas de hasta 100 salarios mínimos legales vigentes. Para que el Ministerio pueda sancionar se debe agotar el procedimiento para alegar, reponer y apelar, y eso tarda meses. Por eso esta, que es de 2018 a 2019, se conoce hasta ahora", señaló el abogado Andrés Charria.
La siguiente pregunta es inevitable: ¿por qué si Cadena ha tenido inconvenientes similares en Bucaramanga, en Patriotas y en el propio Cúcuta, con el que se fue al descenso en 2015, y da la sensación que es una infracción reiterada, no hay una sanción más radical? Por mucho que haya casos del pasado, el caso que se documentó, se investigó y se pudo probar fue este, y los topes son los que son. Si hay antecedentes hay que hacer, en cada caso, todo el proceso y entonces sí se hablaría de reincidencia.
"La Ley establece que la reincidencia da lugar a la pérdida definitiva del reconocimiento, una figura que se creó desde 1985 y muestra que el Estado sí tiene la facultad de vigilar y controlar. La pregunta es por qué hasta ahora este Ministro se atreve a sancionar y por qué otros directores de Coldeportes nunca lo hicieron si tenían los elementos para sancionar", se pregunta Gónzález Puche.
FUTBOLRED intentó conocer la opinión de Cadena sobre estos asuntos pero no respondió a las llamadas. Entonces, volvió a los abogados: "La suspensión es como 'Strike 1' en el béisbol, pero si vuelve a pasar, la norma no es clara en decir qué es reiterado, si es una vez o dos o tres, eso es potestad del Ministerio", dijo.
En su opinión, "estas sanciones sí son ejemplarizantes", y se atienen a las herramientas legales que están disponibles: "el Ministerio solo puede amonestar, retirar reconocimientos deportivos pero no puede decir 'a este señor le queda prohibido poner la mano en un club'. Eso no. La fórmula es ponerle multas indefinidamente".
¿Se queda corta la Ley para castigar?
El tema tiene dos escenarios: el del Ministerio del Deporte y el de las autoridades del fútbol, léase Dimayor y Federación Colombiana de Fútbol (FCF).
En el primer caso, ¿no le faltan 'dientes' al Ministerio para hacer frente a estos casos de manera más radical? "En otros países con ligas serias se establecen mecanismos de control para sancionar a clubes incumplidores. Si revisan el reglamento de licencias ninguno que incumpla obligaciones puede trabajar. Sucede en Perú, Uruguay y Argentina. El que no paga no compite ni inscribe jugadores, en Europa hasta los descienden de categoría. Aquí falta mucho todavía. Pero por que la Federación y la Dimayor no tienen esos mecanismos de control para evitar que un equipo afecte al fútbol, porque el incumplimiento de un club los afecta a todos", dijo González Puche.
Y aquí toca directamente al tema de Dimayor, que en cuanto conoció la decisión del Ministerio se apresuró a asegurar que la suspensión no ha sido legalmente notificada y que Cúcuta le aportó pruebas de estar al día con sus obligaciones. Según Charria, están equivocados: "conforme a los reglamentos de Dimayor, un club sin reconocimiento deportivo no puede competir en sus torneos y ese es un requisito que solo entrega Mindeportes. Dimayor está obligado a cumplir con la orden administrativa y hasta que Cúcuta no le informe al Ministerio, no a Dimayor, que ya pagó, pues no se levanta el castigo. Lo que dice el Ministerio es que sí los notificaron, pero Dimayor dice que no ha sido así, no sabemos por qué. Ellos están confundidos".
Y en ese detalle legal, esa letra chiquita, ese juego del gato y el ratón está la discusión: Cúcuta sigue jugando en Copa y Liga porque en teoría no se notificó, aunque el Ministerio cree que sí. Tiene el respaldo de Dimayor, como es de esperarse: es uno de los socios y atacarlo públicamente sería 'fuego amigo'.
¿Cuál sería una última instancia para los afectados?
En la resolución que se conoció el pasado viernes, y que no tiene apelación pues se trata de la última respuesta del Ministerio al recurso que hace más de dos meses interpuso el propio equipo de Cadena, ya no queda nada para el club. Paga y se salva o no puede competir.
Según explicó Charria, en Colombia le queda "demandar el acto administrativo ante lo contencioso administrativo y eso tarda dos o hasta tres años". Parece más sensato pagar.
Pero vamos a suponer que pagan y luego, en un par de meses, los incumplimientos de los contratos se repiten. ¿Qué pueden hacer los jugadores que antes ya fueron a los medios a dar cuenta de sus deudas crecientes por falta de pago,, de cobros jurídicos y necesidades familiares?
Para ellos sí queda una última instancia: la FIFA. El ente rector del fútbol mundial tiene una cámara de disputas ante la cual se pueden interponer las querellas para obligar al cumplimiento de los contratos. En ese caso sí puede haber un castigo ejemplarizante para el infractor y tanto Dimayor como la FCF no tendrían otro remedio que acatar la decisión.
Pero es poco probable que un experto como Cadena se exponga a tanto. Sabe cómo jugar con los plazos y la letra menuda y no va a cometer errores de principiante. Pagará y volverá a correr su cronómetro desde ceros. Y lo que ha pasado en los últimos días ya no será ejemplarizante, como se esperaba, sino que les dará ideas a quienes estén pensando en incumplir contratos, más ahora que la pandemia les da una excusa.
Ya es usual que en Colombia pasa tanto que no pasa nada... el fútbol no es la excepción.