En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de
terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística,
optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada
con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa
navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo
deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Un futbolista es una apuesta, una ruleta que bien puede deparar la salvación de un club o su condena. Para el Junior de Barranquilla, felizmente, el final fue el primero.
El equipo tiburón vio llegar a Luis Fernando Díaz desde el Barranquilla FC, a donde llegó ya grande, con 18 años de edad y algunas dudas sobre su bajo peso, pero con un talento descomunal que valía todos los sacrificios por él. Se hizo todo bien, se llevó con paciencia, se le ofrecieron garantías y el muchacho respondió con títulos y una transferencia al Porto de Portugal que aún hoy sigue generando ingresos.
La jugada clave del Junior, en aquel 2019, fue apostar al futuro del jugador y no solo al presente. En aquel momento lo transfirió por 7 millones de euros pero se reservó el 20 por ciento de los derechos económicos del atacante, lo que dejaría una comisión de 8 millones de euros cuando Liverpool vino por él, a cambio de 45 millones de euros.
Los pagos de esa cantidad se pactaron en cuotas, de las cuales se acaba de facturar la penúltima, equivalente a 1.140.0000 euros, según confirmó el abogado Marcelo Bee Sellares.
Vale recordar que la relación entre Junior y Porto no ha sido del todo amigable, pues el club colombiano debió acudir ala FIFA para reclamar por el retraso en el pago de al menos tres cuotas pactadas y el 5 por ciento correspondiente a los derechos de formación.