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Todos son sonrisas para James Rodríguez, quien parece haber recobrado, más allá de toda discusión, el placer de jugar fútbol.
Después de una semana notable en selección Colombia, con gol y tremenda figuración contra Uruguay, y de una victoria en Sao Paulo contra Gremio, los que antes lo fustigaron hoy lo alaban.
Y tienen razón: viene de firmar 10 partidos con la Selección Colombia con un gol, 8 en el Brasileirao y 2 en la Copa Sudamericana con Sao Paulo, con un tanto y tres asistencias, y ha podido estar sano para disputar 486 minutos de 900 posibles, sin contar los 4 que no fue convocado en Liga y tres en Copa.
Sin embargo, él todavía no divisa la meta: “no he alcanzado la forma física ideal. Siempre pienso en poder ayudar al equipo jugando bien, pero voy en buena dirección. Contra Gremio me sentí muy bien, feliz, ayudé al equipo a ganar; hicimos un gran partido”, dijo ante la prensa tras la victoria contra Gremio (2-0).
En Brasil están tan sorprendido como en Colombia de su impecable rendimiento y el hecho de no haber sido últimamente presa de lesiones, con lo cual ha estado cada vez más participativo: “Jugar en la selección me dio moral porque pude jugar y contribuir en los partidos importantes. También estoy feliz por mis compañeros en Sao Paulo, que hicieron un gran partido y eso da confianza para los próximos partidos”, explicó.
Ahora le espera nada menos que un cruce con Palmeiras que no quiere desaprovechar: “Los clásicos siempre son importantes. Todo el mundo sabe la importancia de este partido, por eso tenemos que centrarnos en este partido para ganar”, afirmó.
Su experiencia y su magia van a ser muy necesarios en la próxima fecha de Eliminatorias, justamente contra Brasil en Barranquilla. Por ahora, Sao Paulo lo necesita. Es su momento de mantenerse a tope.