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La carrera de Duván Zapata parece haber logrado todo en una contrarreloj. En América solo permaneció hasta que fue convocado a la Selección Colombia Sub 20 que dirigía Eduardo Lara para jugar el Mundial de la categoría en 2011, cuando el país hizo de anfitrión, anotando un gol en cuartos de final ante México (1-3) en Bogotá, el 13 de agosto.
Zapata no fue habitual titular en el combinado nacional, pero Estudiantes de La Plata puso los ojos en él y con los ‘pincharratas’ debutó como goleador con un tanto ate Belgrano en septiembre de ese mismo año.
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“Está donde está porque siempre trabajó correcta y honestamente, era de pocas palabras, hacía lo que tenía que hacer. Como presidente de la Liga Vallecaucana de Fútbol me alegra mucho verlo triunfar y creo que está haciendo todo el mérito para estar en la Selección Colombia, calladito”, dijo Oweimar Giraldo.
Pero faltaba un actor importante en esta historia, el nombre que pulió muchas de las deficiencias con que llegó el jovencito: Carlos ‘La Gambeta’ Estrada. “Lo de Duván es agradabilísimo para mí ver que un joven como él, un pelado humilde, un excelente ser humano, excelente jugador, con una talla inmensa y que viene de unos procesos con nosotros en América junto al profesor Lucho Gómez, aprendió a definir conmigo, aprendió a moverse, el juego aéreo, a pesar que tenía algunas deficiencias de descompensación por su talla mejoró, aprendió a moverse, es un pelado que en esa época era muy introvertido, su madre murió en ese tiempo, su papá lo apoyó mucho. Soy el negro más feliz del mundo de ver que jóvenes con esas condiciones.
En cuanto a las tareas cumplidas con el delantero dijo: “Entre Lucho Gómez y yo hicimos con él el proceso de divisiones menores, fundamentación específico de definición, movimientos tácticos constantes, jugar de pivote, crear, ocupar y llenar los espacios libres, atacar el balón en los centros aéreos y lo más importante, referenciar y diferenciar rematar con definir y ubicar el balón, un poco nervioso, recuerdo que se comía las uñas, muchas ansiedad, pero logramos en ese momento que tuviera esa respuesta positiva y gracias a Dios está hoy donde está. Estoy seguro que nunca va cambiar como persona”.
“Duván está para un equipo grande, en clubes pequeños, que no tienen referentes de talla internacional ha conseguido esos logros, estoy seguro que cuando llegue a un equipo como Barcelona, ojalá el tope de su rendimiento”.
“El paso a Argentina fue muy positivo para él siendo tan joven, porque el argentino es un jugador con muchas aptitudes mentales positivas y por la forma de ser de Duván necesitaba un ambiente como ese, de jugadores agrandados, luchadores, él lo necesitaba por ser sumiso y humilde, ese entorno le ayudó a mejorar su temperamento y fortaleza mental”.
En esa época Estrada dirigía las categorías 1984-85-86, en las que despuntaba Paulo César Arango. Recuerda que en el 2005 murió la mamá de Duván, doña Elfa Banguero, quien no se perdía entrenamiento ni partidos del muchacho con su esposo, Óliver Zapata, quien en sus años mozos era arquero, también de buena talla, humilde y sencillo.
Por eso, verlo hoy triunfar representa una invitación a creer en que todo es posible, si se tiene determinación en la vida.