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La Champions League empezó con toda su pirotecnia y un partido pintado de lujo y talento puro en el grupo C, de esos que hacen saltar el corazón cuando suena el icónico himno.
PSG derrotó 2-1 a Juventus, que tuvo al colombiano Juan Guillermo Cuadrado como titular, y lo hizo con lujo en una primera parte de ensueño, en la que se juntaron los 'enemigos íntimos' Mbappé y Neymar para hacer vibrar al público.
Tenía algo de prisa el campeón mundial francés y por eso buscó pronto el camino al arco, en una jugada de esas en las que resulta difícil saber si es más linda la asistencia o la definición: Neymar inventó un globo, un puñal al área rival, que cayó directo al joven maravilla, cuyo remate fue letal, imparable. ¿Se lo imagina? ¡No lo haga! Disfrútelo una y otra vez:
Y no hacía pie Juventus en medio de un concierto de pases y ataques locales que terminarían, a los 22, con otro lujo: le propuso el propio Mbappé a su amigo Hakimi (ellos sí muy cercanos) y le entendió el marroquí para devolvérsela y dejarlo mano a mano con Perin para el 2-0. otro lujo, vale decir.
Seguiría atacando una y otra vez el dueño de casa, con un Mbappé que esta vez le negó a Neymar el gol en un contragolpe divino porque se prefirió apuntar al arco, y se lo perdió de nuevo antes del descanso el hombre del partido, el futbolista más caro del mundo.
Pero el segundo tiempo sería otra historia: la entrada de McKenie despertó el ataque italiano, con un Cuadrado más integrado y un gol a la salida del tiro de esquina (53) que gritó a rabiar Allegri. Parecía que la hazaña podía ser...
Se iba encima Juventus, a los 55 salvaba de nuevo Donnarumma el cabezazo de Vlahovic a quemarropa y era desconcertante ver el cansancio de un PSG m,ás refugiado, aunque vale decir que nunca renunció al ataque. De hecho, a los 62 estuvo a punto de estallar de alegría un millonario catarí: lujo de Neymar en el pase a Messi, asistencia milimétrica y a Mbappé y el joven maravilla disparaba levemente desviado.. Iba a ser un golazo.
A los 73 salió Cuadrado, exhausto pero en un buen momento para haber buscado el empate y a los 88 la atajada del partido de Perin cerró el juego, que fue un elogio al dinero: el que más tiene, más talento compra, más disfruta en Champions League. Habrá que ver hasta dónde alcanza...