La Policía británica reconoció este lunes, cinco años después, que hubo un exceso de la fuerza y un delito en la muerte del exfutbolista Dalian Atkinson a manos de un policía.
El ex astro de Aston Villa, Sheffield Wednesday e Ipswich Town murió después de que el oficial Benjamin Monk le propinara una patada en la cabeza al menos dos veces, antes de electrocutarlo con una pistola Taser.
El futbolista de 48 años perdió la vida en el hospital después de perder el conocimiento tras su arresto cerca de la casa de su infancia en Telford, Shropshire, en agosto de 2016.
Monk fue declarado culpable de homicidio involuntario y condenado a ocho años de cárcel en junio, después de que se confirmó que utilizó fuerza excesiva.
Los miembros del jurado escucharon que disparó una Taser tres veces, incluida una única descarga de 33 segundos, y dejó dos huellas de cordones de botas en la frente de Atkinson. Monk fue destituido de la fuerza la semana siguiente.
La disculpa era esperada en Reino Unido, donde se reconoció como un hecho muy lamentable y varias figuras, incluyendo a Gary Lineker, lamentaron lo que consideraron una tragedia.
