Puerta sin seguro

Opinión  de Julián Capera sobre inconsistencias de Dimayor en manejo del caso Giovanni Moreno.

Julián Capera

Julián Capera

Foto: Archivo particular

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24 de junio 2022 , 07:08 a. m.

Son como un chihuahua cuidando la entrada de un banco, un candado que cede dándole unos golpecitos, una puerta sin seguro. A la Dimayor y sus órganos encargados de administrar justicia en el fútbol en Colombia ya nadie les cree. Lo que ha pasado en los últimos cuarenta días agotó el poco crédito que les quedaba entre los hinchas del país.


El capítulo más reciente lo protagonizan Deportes Tolima y Atlético Nacional, finalistas en la edición en curso de la Liga Betplay. El equipo de Ibagué alega que Giovanni Moreno (sancionado dos fechas y luego habilitado para jugar por “suspensión parcial de la ejecutoriedad de la decisión”) fue irregularmente alineado en el partido de ida de la final, disputado en el estadio Atanasio Girardot el pasado miércoles.

El argumento apunta a que en el momento en que su rival solicitó suspender la sanción de su jugador todavía no había cumplido con el 50% de la misma (requisito para elevar esa petición). Tolima dice que la resolución del Comité Disciplinario en la que se castiga al volante antioqueño se emitió el 15 de junio, mismo día en que Nacional jugó contra Junior de Barranquilla la última fecha del cuadrangular A.

Según el reglamento, estas decisiones -salvo excepciones puntuales- tienen efectos jurídicos 24 horas después de comunicadas, por lo que la primera fecha de suspensión del jugador debía pagarse en el primer duelo de la final y no en ese encuentro previamente mencionado. Jurídicamente hay lógica ¿No notaron eso en Dimayor?

Atlético Nacional se respalda en la resolución 036 en la que, un día antes del primer choque de la final, la Comisión Disciplinaria, asumiendo que el jugador sí había cumplido con el 50% de la sanción impuesta, pospone la aplicación de la misma y lo habilita para ser inscrito en planilla ¿Y entonces?

Dimayor abrió la puerta (o la dejó sin seguro) para este tipo de discusiones a partir del momento en que, para tener a todo el mundo contento, empezó a aplazar sanciones y en algunos casos comunicar decisiones a pocas horas de los partidos. No accede a los recursos de reposición y apelación presentados por los equipos, pero pospone los castigos para que sean pagados en instancias menos definitivas. Eso no es serio.

Pasó con Junior de Barranquilla que, después de haber sido penalizado por los hechos protagonizados por sus hinchas y los de Unión Magdalena en Santa Marta, recibió la habilitación de sus tribunas para recibir a Nacional en la primera fecha del cuadrangular faltándole aún una jornada de suspensión.

Pasó también con Millonarios y una escena que traduce el momento que vive nuestro fútbol: los hinchas (incluidos los de las tribunas inhabilitadas por mal comportamiento) haciendo fila para ingresar al Campín sin la certeza, en ninguna de las orillas, de si los recursos presentados por el conjunto bogotano apenas conocieron de la decisión iban a ser aceptados o no. Al final fueron negados y la sanción suspendida directamente por el presidente de la Dimayor, Fernando Jaramillo, argumentando una posible alteración del orden público. ¿Por qué dejar que las cosas lleguen hasta allá? Cero timing.

Esa misma noche, molestos por el proceder del presidente de Dimayor, Comité y Comisión renunciaron en pleno. Jaramillo eligió a los nuevos miembros de estos órganos y fueron ellos quienes sancionaron inicialmente a Giovanni Moreno y luego pusieron en pausa esa ejecución.

Una absoluta recocha. Llegamos al punto en que los terribles manejos de Dimayor nos tienen hablando de una posible suspensión a la suspensión que se dio de la suspensión inicial. Al paso que vamos va a tocar televisar los despachos.

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