Marín y una ayuda

Opinión de Nicolás Samper sobre el jugador colombiano, quien sufrió un accidente.

Nicolás Samper

Columnista Futbolred

Foto: A. particular

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03 de noviembre 2020 , 11:27 a. m.

La primera vez que empezó a ser noticia fue por sus buenos rendimientos en el Jorge Wilstermann de Bolivia y realmente la referencia sobre su talento era escasa. El caso es bien parecido al de otros dos hombres que empezaron a dar su escalada en el fútbol en tierras ajenas y es imposible no dejar de nombrar a hombres como Mahler Tressor Moreno -que de repente descolló en Alianza Lima sin que acá tuviéramos tan claras sus condiciones- o Carlos Sánchez -refundido en la primera división de Uruguay hasta que Julio Comesaña le advirtió a Jorge Luis Pinto que tuviera mucho ojo con aquel volante de marca recio y de buen quite-.


Vladimir Marín, bajito de tamaño, tuvo que hacer la tarea al revés: en Colombia vino a jugar cuando ya era un hombre reconocido, pero mientras ese momento llegaba, con el Wilstermann y en una liga poco visible como la boliviana, dejó en claro que lo suyo era el fútbol y el éxito. Por eso sus siguientes estaciones también lo dejaron en las ligas foráneas: en Brasil con el Paranaense, lugar en el que también se hizo importantísimo. Y ojo ¡Hay que ser bueno para que, en el país de los laterales, un extranjero sea tan aplaudido! Independiente de Avellaneda lo recibió en sus filas y aunque lo suyo no fue tan brillante en Argentina le alcanzó para figurar en un equipo que trataba de volver a recuperar esa grandeza extraviada.


Versátil para jugar con cuatro hombres en el fondo, ubicado como número 3, pero con una clara vocación atacante, lo que le daba a sus entrenadores la opción de colocarlo como un volante externo con rápido regreso, lo de Marín ha sido la lucha permanente ante las dificultades. Contaba el lateral que su infancia fue durísima, rodeada de miedo y de violencia por el entorno en que creció, pero a pesar de las tentaciones que podrían conducirlo a desviarse fácilmente del camino, le metió el hombro a la vida y empezó a hacer de todo para salir adelante: fue jardinero, caddie de tenis, vendedor de pollos, hasta que, en Rionegro, en la segunda división de Colombia, le dieron el chance a su velocidad y a su endiablado disparo zurdo.


Hoy Vladimir Marín, un tipo muy apreciado en Paraguay por sus estupendas campañas con Libertad y Olimpia atraviesa un momento complicado y por eso esta columna es para él: porque de nuevo, cuando la vida le quiso volver a hacer zancadilla se pudo levantar, con heridas, pero sigue de pie. Está pidiendo ayuda para poderse someter a un procedimiento médico después del accidente que sufrió y acá replicamos la información de contacto para que aquellos que disfrutaron de su fútbol, puedan aportar algo a un hombre que siempre tuvo la intención de sacar una sonrisa.


Donaciones en favor de Vladimir Marín


BBVA Cta ahorros 1302897390.

Bancolombia cta ahorros 34471323014


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