La nave del olvido

Opinión de Nicolás Samper sobre casos de demencia en futbolistas.

Nicolás Samper

Columnista Futbolred

Foto: A. particular

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10 de noviembre 2020 , 01:09 p. m.

Es uno de los grandes temores cuando la adultez definitiva hace su presencia. Que de un momento a otro decida empezarnos a rapar nuestras vivencias, las caras que conocimos y los momentos en los que fuimos felices y tristes, porque todo ese compendio de hechos son finalmente los que nos hace ser como somos.


Así que ese debe ser uno de los más grandes temores de cualquier ser humano en el momento en el que la vejez dice presente. Pensar en que frente a nuestros ojos está nuestro hijo y no tener idea de quién se trata aquella persona bondadosa que nos está dando una cucharada de sopa para alimentarnos. Ver que cada uno de los rostros que pasa frente a los ojos es nuevo, más allá de que con ese mismo rostro nos hayamos enamorado, enfadado y peleado. Pasa a ser uno más o uno desconocido solo por los vericuetos mentales que algunos tienen que padecer.

Por eso cuesta pensar en aquellos hombres que hoy andan trasegando por esos senderos tan complicados. Primero fue el fallecido Nobby Stiles, dueño de un estilo especial para estar en el borde del reglamento y salirse con la suya y después Bobby Charlton y Gerd Muller, dos hombres que son parte de la historia viva del fútbol y que gracias a sus maravillas en el campo edificaron sus propias leyendas con Inglaterra y su único título mundial y con Alemania y aquella remontada frente a Holanda en la final de 1974.

Y esos recuerdos que aún albergamos los que escribimos sobre estos temas fueron posibles gracias a tipos de la estatura de Stiles, Charlton y Muller. Las noticias no son alentadoras: ya conocida la muerte de Nobby, los diagnósticos de Bobby y Gerd son negativos y sus claridades mentales ya no son las de antes. Y uno se pone a pensar lo curioso que a varios de los de esta generación les está pasando lo mismo. Y ante tantos casos tan consecutivos no puede uno dejar de pensar en si aquellos balones pesados, que se convertían en piedras si es que la lluvia se daba una visita en el campo de juego hayan contribuido al estado que hoy padecen. Y piensa uno en Alan Shearer, también inglés y cabeceador nato, máximo goleador de la Premier League y campeón con el sorprendente Blackburn Rovers y la revelación que hace poco hizo sobre su estado de salud: contaba que en los 90 ante tantos cabezazos su estado neurológico se vio afectado por tantos impactos con la cabeza para buscar un gol salvador y que teme que sus días terminen en estado de demencia.

Hay que estar atentos: ¿Cuál será el vínculo entre esa terrible dolencia y los cabezazos con el balón?

Lo cierto es que Nobby a pesar de lo bajito, iba siempre arriba; que Charlton usó su profusa calva para meter frentazos por doquier y que Müller se hizo famoso por emular a Uwe Seeler en la manera de cabecear… y que los tres terminaron con demencia.

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