Lo que iba a ser una victoria apenas ahí, sin mucho más que decir que los tres puntos, se volvió una cruz más sobre los hombros de un FC Barcelona que no levanta cabeza.
El empate 2-2, sobre la hora, contra el recién ascendido Cádiz, prolongó una crisis que viene de la Champions League y a goleada 1-4 a manos de PSG, en la ida de los octavos de final.
Pasó en el Camp Nou, el mismo escenario que vio aquella pobre presentación, en donde, según dijo el diario Sport, fue un equipo distinto el del primer tiempo al del segundo: "el primer tiempo fue tosco, difícil por el planteamiento defensivo del rival, pero emergió la figura de Pedri para sacarse de la chistera un penalti transformado por Messi. Pero en la segunda mitad el Barça jugó con fuego y se acabó quemando tras un error muy grave de Lenglet".
Koeman apostó por los mismo 11 que usó en Champions, con Messi a la cabeza, lo que anunciaba una paliza que no fue para el Cádiz sino para el dueño de casa.
"Marcó Messi de penalti y se acabó todo el bagaje ofensivo de los blaugranas. Mucho dominio, pero sin profundidad ni efectividad... A este equipo le tiemblan las piernas en los partidos decisivos. Y el de este domingo lo era. Ante un rival menor, pero decisivo. Ganar significaba demostrar que querías luchar por la Liga. Tropezar era tan ridículo como inaceptable", añadió el analista Lluís Mscaró en Sport.
En las calificaciones, el peor justamente fue el defensor francés, quien cometió una pifia, un penalti claro, cuando ya casi estaba definido el juego para el 1-1 a los 89 minutos. Recibió un 3 de calificación.
Pero también resultaron rajados Griezmann (4), Piqué (5), Jordi Alba (5), el propio Ter Stegen (5), De Jong (5), Braithwaite (5), Pjanic (5) y Trincao (4).
La realidad mostró que Pedri, Dembelé, Puig, Dest y por supuesto Messi esta vez se salvaron de una quema que amenaza, en serio, con aburrir al capitán.
Barcelona no aprovechó la ventaja enorme que daba el Atlético de Madrid al caer 0-2 contra Levante y ahora parece que tampoco en LaLiga habrá manera de recuperarse.