La primera competencia oficial de Carlos Queiroz en su condición de técnico de la Selección Colombia, no parecía la oportunidad apropiada para que el equipo llegara con ambiciones y aspiraciones de candidato, más allá de un grupo de jugadores que se conocía muy bien y que sabía qué tan alto podía llegar.
Sin embargo, los resultados que se han dado luego de las dos primeras fechas y el juego mostrado por el equipo dirigido por el luso, basado en orden, efectividad y bloques, le han permitido al combinado tricolor recibir ese rótulo, el cual los jugadores manejan con modestia y afirmando que siguen como el primer día, pensando en el siguiente partido y enfocados en ir paso a paso.
El primero de los candidatos en caer fue Argentina, que pese a la inexperiencia de su técnico, contaba en su plantel con el mejor jugador del mundo, pero el partido con Colombia lo sacó de ese grupo y dejó más dudas que certezas en un equipo que desde hace bastante tiempo viene en caída libre.
Posteriormente y pese a sus buenos resultados en la primera fecha, Brasil y Uruguay empataron sus partidos con Venezuela y Japón, respectivamente. Dos encuentros que, en principio, eran un paso más para la consolidación, terminaron por evidenciar las falencias que no se habían visto en los primeros encuentros que disputaron.
Esta situación le permitió a la Selección de Chile y a la Selección Colombia, dos equipos que en principio se sabían poderosos pero no eran candidatos, quedarse con un lugar entre los mencionados posibles campeones, pues aunque se sabe que no son invencibles, sí han logrado demostrar un juego mucho más sólido y mejor estructurado, situación que no es garantía de nada, pero que de ser aprovechada podría significar réditos para ambas escuadras.
El caso colombiano es el más llamativo, pues la Selección no ha recibido goles y ha ganado sus dos partidos. La situación chilena, entretanto, también es favorable por las dos victorias, pese a que su zaga ha sufrido más de lo que lo ha hecho la tricolor.
Con base en ello habrá que esperar cómo evolucionan los partidos, pero está claro que en medio de toda esta irregularidad, lo hecho por los nuestros y por los dirigidos por Reinaldo Rueda, da para ilusionarse.