Pasó el regreso. Quedó el olvido. El del técnico Zinedine Zidane a un James que pudo merecer algo más que quedarse en la gradería, saboreando la resignación, ahora con el oportuno escondite del tapabocas.
Volvió Real Madrid y lo hizo con victoria frente al Eibar, por 3-1, un resultado corto para el dominio, pero acorde con la decisión de sacar el pie del acelerador en el segundo tiempo y darles descanso, dentro de lo que cabe, a los jugadores que para el DT son inamovibles: Carvajal, Ramos, Hazard y para los de su segunda línea, Modric, Valverde, Vinicius, los dos últimos llegados para la última media hora, el croata sí inicialista.
Y fue también un mensaje claro: van a contar los Bale, Rodrygo, Modric, Mendy y Militao, porque la maratón de partidos que se avecina es enorme y eso que aun no llega la Champions. Después está Asensio, que sabe que no iba a estar desde ahora pero es uno de los preferidos del jefe y lo estará. Y en un tercer escalón Isco, Brahim y James, los que vieron el regreso en la impotencia de la tribuna del Alfredo Di Stefano. Saben que en la lista de lesionados hay un nacho (polifuncional), Jovic (joven) y Lucas Vásquez (del gusto del DT) que, si están sanos, podrían desplazarlos incluso de la convocatoria.
Y vale la pregunta: ¿habrá que pelear ahora más por entrar a las convocatorias que por arañar minutos, como era desde el inicio de la temporada? ¿Es tal la fatalidad como para pensar que está borrado irremediablemente James?
En principio, valdría la pena escuchar al propio Zidane... y creerle. "Tengo siempre ese dolor de cabeza, elegir. Pero es mi trabajo. Lo bueno es que tengo veintitrés jugadores disponibles», dijo. "Nunca estuvimos sesenta días sin entrenar en el campo. Tienes dudas. Es bueno contar con cinco cambios y veremos como vamos a terminar cada partido. Es bueno tener la posibilidad de dos cambios más. Un día quizá hagas lo cinco y otro día solo harás dos, pero es bueno tener esa opción de los cinco cambios", dijo.
Se siente cómodo sabiendo que puede tener convocatorias amplias porque su nómina es gigante en términos de talento. Tendrá partidos cada 72 horas con jugadores que vienen en el 40 por ciento de su rendimiento -con suerte- y no quiere exponerse a lesiones que en el pasado lo dejaron maniatado. Es Zidane, pragmatismo en estado puro.
Luego no es una tragedia no jugar el primer partido del regreso. Vendrán más juegos porque la suspensión lo apeñuscó todo y para Zidane está abierto el escenario de LaLiga pero también el de Europa, su torneo fetiche, y lo va a pelear con todo lo que tiene. Eso fácilmente incluirá a James, aunque no vaya a recuperar seguramente nunca el rol de titular.
Y esa es la cuestión: ¿va a ser imprescindible el zurdo tras la pandemia? No, porque no lo era antes y no tiene por qué serlo ahora. Pero también porque el equipo gana y es efectivo y le gusta a su entrenador como está. Habrá un rol en el equipo B y el colombiano lo sabe desde siempre. ¿Ese es un objetivo o una resignación? Eso solo lo sabe el jugador.
El otro tema es la crítica. No se lee en ninguna de las crónicas de medios especializados que se extrañara a James. Cuando el partido contra Eibar se encaminó al triunfo, con tres goles en tres llegadas, no hizo falta: Benzema se calzó la camiseta del creativo y los puso a todos de cara a la portería rival. Luego, cuando el local sacó el pie del acelerador en el complemento y se animó Eibar, lo que entendió el jefe que necesitaba era apuntalar el mediocampo en marca, con un fresco Valverde y un agotado Modric, y darle aire a la creación con la velocidad de Bale y la chispa de Vinicius, otra cosa es que ninguno aportó lo que decía el libreto.
"Es INADMISIBLE la FALTA de ACTITUD de los que han entrado desde el BANQUILLO del MADRID". Las palabras de @jotajordi13 en #ChiringuitoMadrid pic.twitter.com/6xgnnBOg5b
— El Chiringuito TV (@elchiringuitotv) June 14, 2020
Sí es verdad que no se entiende cómo no atacó más Real Madrid teniendo tantas armas ante un débil Eibar, al menos para bañarse de confianza, como lo hizo el líder FC Barcelona en su debut (0-4 a Mallorca). Pero también hay que decir que era el primer partido tras una para atípica, de encierro, sin llegar a tener pretemporada real y con unos atenuantes emocionales que no son sencillos. No es el fin del mundo sumar tres puntos, ¿o si?
Y en ese escenario aparece un James, lejos de las preferencias pero con las condiciones necesarias para hacer diferencia cuando llegue su momento. ¿Cuándo será eso? Solo lo sabe Zidane. Es un hecho que no lo lloraría mucho si lo pierde en el siguiente mercado, pero justamente por eso, porque el club necesita que lo valorice, es muy probable que cuente pronto. Tener la cabeza fría para aguantarlo, usarlo en su favor y definir su futuro lejos de las cámaras, es lo que se espera de un futbolista con su talento. Lo demás es dramatizar.