Con dientes apretados, pero no tanto como Real Madrid o hasta el Bayern. ¡Es la Champions, el reino del todo es posible! Así logró Liverpool avanzar a la semifinal, en un duelo complejo pero al final muy favorable.
Liverpool se acomodó en la siguiente fase después de un 3-3 en el duelo de vuelta de cuartos de final (6-4 global) contra un Benfica que vendió carísima su derrota y hasta llegó a dar un par de sustos.
Klopp dispuso una nómina titular sin varios de sus estelares pero con Luis Díaz, contra un rival que nunca renunció, aunque siempre tuvo todo en contra, empezando por Anfield. ¿Se confió? No sería habitual pero sin Salah y sin Van Dijk y sin Robertson... no faltó quien lo pensara.
Fue buena suerte que Konaté elevará sus 1,94m de estatura al cobro de esquina para marcar el 1-0 parcial a los 21 minutos, porque el rival se iba a animar a hacer un daño.
Atacaría sin prisa pero sin pausa hasta lograr su premio, a los 32, en la rápida combinación que finalizó Ramos a los 32 minutos, aprovechando que Tsimikas dejaba un pie que habilitaba la jugada. El VAR así lo entendió.
Era inquieto Díaz, en una rara movida hacia la banda derecha para abrirle espacio a Jota por su usual sector, y ahí aparecía cuando Firmino le servía un lindo pase que Grimaldo adivino y de los pies le sacó el gol al colombiano, sobre los 37 minutos
Perdono a los 42 Keita y más allá de ser muy preciso en el pase en la salida, se fue el primer tiempo sin que llegara Benfica de nuevo con peligro.
Y para el complemento la puntilla al ímpetu de de los portugueses arrancaba con Díaz, a quien le ponía un pase profundo (por fin uno) Keita, salvaba el portero pero daba un rebote que rescataba Jota para encontrar libre, y habilitado por Otamendi, a Firmino, el implacable, el amigo del colombiano que celebró con él ese 2-1 que dejaba la cuenta en 5-2 y era un manto de tranquilidad para Klopp.
Después, sobre los 57, el triple cambio de Fabinho, Thiago y Salah no tocó al guajiro, a quien todavía le daban minutos para el lucimiento y el tercero de Liverpool, el nuevo tanto de un Firmino inspirado, que no perdonó frente a la puerta a los 65 minutos.
¿Y Benfica? Sin nada que perder se fue encima del arco de Alisson Becker y logró el 2-3 con Yaremchuk a los 73 y el 3-3 en los pies del incansable Núñez, a 9 minutos del final. Hasta marcó uno más sobre la hora pero había fuera de juego. Digno fue el rival que hizo tres goles en Anfield, lo que no es un dato menor, y sufrida pero merecida fue la clasificación de Liverpool.