Zanetti alcanzó el domingo los 635 partidos con la camiseta del Inter, uno más que Fachetti, defensa izquierdo del equipo que, a las órdenes del "mago" Helenio Herrera, conquistó las Copas de Europa de 1964 y 1965, después de derrotar al Madrid de Di Stefano y al Benfica de Eusebio, respectivamente.
Javier Zanetti llegó a dicha meta como titular en el partido que el Inter ganó al Reggina por 3-0 y confirmó que a sus 35 años está lejos de la retirada. Precisamente a esa edad se jubiló Fachetti, uno de los pilares de un equipo en el que brillaban también Sandro Mazzola, Jair, Luis Peiró y Luis Suárez.
El jugador argentino, procedente del Banfield, fue el primer fichaje del presidente Massimo Moratti en el verano de 1995. "Todos me decían que había comtratado a un desconocido y que sólo se quedaría en el club unos meses", reveló Moratti en el homenaje del club a Zanetti cuando igualó los 634 partidos jugados por Fachetti.
Zanetti, efectivamente, era un desconocido cuando con 21 años ingresó en el Inter. Tan es así, recuerda ahora, que llegó al club con una bolsa de plástico que contenía sus botas y pasó por delante de un grupo numeroso de aficionados que se preguntaban quién era aquel jugador.
"A partir de ahí empezó mi historia con el Inter", afirmó el jugador, orgulloso de sentirse en la sociedad "neroazzurra" (negra y azul) como "en su casa".
Una relación que camina hacia el mito, aunque nadie espera que consiga batir el "récord de los récord" de la historia del Inter: los 750 partidos de Giuseppe Bergomi.
El "Gran Capitán" es un caso raro, ya que es un ejemplo de fidelidad a un equipo que no es de su país. Es un extranjero "italianizado" que ha entrado para siempre en la historia del Inter.
Desde 1995, ha sido uno de los fijos en las alineaciones en la mayoría de los partidos. Es un jugador, señala hoy "La Gazzetta dello Sport", que "jamás ha tenido un dolor de estómago".
Fachetti lo admiraba y lo único que le extrañaba era que marcara tan pocos goles, ya que creaba ocasiones continuamente corriendo por su banda y superando rival tras rival. De ahí, el apodo de "Tractor" que le puso la hinchada interista.
El "rey" Fachetti destronado y por un argentino. Lo que no pudo lograr otro argentino soberano del fútbol, Alfredo Di Stefano, en la final de la Copa de Europa de 1964, el 27 de mayo en Viena. Un mal recuerdo para la "Saeta rubia". El principio del fin de su salida del Madrid.
Fachetti seguramente nunca lo supo pero aquella noche centró las obsesiones del entonces técnico del Real Madrid, Miguel Muñoz, y propició una amarga discusión con Di Stéfano antes, durante y después del partido.
El espigado Fachetti (1,80 metros de altura) era un lateral que, además de defender, se sumaba al ataque con facilidad. Y marcaba goles con potentes derechazos.
"Muñoz, en su charla, nos había puesto locos con Fachetti, el lateral izquierdo, que había hecho goles con la Selección italiana y le había dado una importancia bárbara, como si fuera Gento, vamos".
Muñoz quería frenar las subidas por la banda de Fachetti. Colocó a Isidro en la banda. Pero el italiano apenas se movió de su posición, por lo que el Madrid jugó "con uno menos", según el relato que Di Stéfano hace en sus memorias.
El caso es que el Madrid perdió 3-1 y Di Stéfano y Muñoz se mandaron mutuamente "a la mierda" durante el partido, que a la postre fue el último del gran jugador argentino en el equipo blanco.
Todo por culpa de Fachetti, un defensa que corría la banda como lo hace Zanetti, que ahora, 45 años después, se ha tomado la revancha en nombre de Di Stefano.
Madrid
EFE