Los ganadores de antes ayudan a recorrer la historia azul, reflejada en 13 coronas, a las que se sumó una más este domingo, la primera de los ‘embajadores’ en los torneos cortos.
Cuesta creer que Millonarios, un equipo que nació y creció acumulando estrellas y coleccionando vueltas olímpicas, haya pasado más de dos décadas sin terminar una temporada con el número uno al lado de su nombre. De la mano de Millonarios, el fútbol colombiano nació y creció.
Dominador casi absoluto en la época de El Dorado y en la primera mitad de la década del 60, Millonarios peleó arriba en los 70 y logró sus dos últimas coronas en los 80, antes de caer en una crisis deportiva e institucional de la que estuvo a punto de no sobrevivir.
Cada uno de los integrantes de los 13 equipos campeones recuerda cómo vivió cada segundo de esa coronación y muestra cómo han cambiado las cosas desde cuando ellos entraban la cancha. Uno de los grandes ídolos de la hinchada azul, Willington Ortiz, campeón en 1972 y 1978, recuerda una anécdota que muestra cómo el ambiente ha cambiado desde entonces.
“Yo ya había sido campeón en 1972 y logré volver a hacerlo con un equipo más maduro, en 1978. Me acuerdo que yo me puse la camiseta de Santa Fe e igual los hinchas me levantaron en hombros y dieron la vuelta olímpica conmigo, la había cambiado al final del partido con Ernesto Díaz que era compañero mío en la Selección. Aún la conservo. Esa foto la deben tener ustedes allá en EL TIEMPO, fue primera página. Eso ya no se puede hacer hoy”, afirmó el exdelantero.
El equipo de El Dorado, con Alfredo di Stéfano, Adolfo Pedernera, Antonio Báez, Reinaldo Mourín, ‘Cobo’ Zuluaga, era brillante. El de los años 60, con Gabriel Ochoa como entrenador y con Delio Gamboa y Marino Klinger, era arrollador.
El campeón del 72, también con Ochoa, era parecido al de los primeros años.
“Ese torneo del 72 terminó en enero de 1973. El doctor Ochoa logró que el club invitara a todo el plantel a San Andrés, fuimos con las familias. Los demás equipos liberaron a sus extranjeros, que se fueron a sus países y volvieron después de las fiestas de fin de año. Nosotros estábamos llenos de energía, entusiasmo y logramos con un empate frente a Deportivo Cali en Bogotá, en una tarde maravillosa y El Campín lleno, ganar el campeonato”, recordó Julio Comesaña, volante de marca de ese plantel campeón.
Con varios jugadores repitentes del 72, Millos dio la vuelta olímpica en 1978 y tuvo que esperar nueve años, que parecían una eternidad por entonces, para volver a coronarse.
“Siempre quedábamos segundos o terceros, entonces la ansiedad era mucha. El equipo de aquella época era maduro, estructurado, fuerte en todas sus líneas y obviamente con el apoyo de nuestros directivos y de la hinchada logramos salir campeones”, aseguró Germán Gutiérrez de Piñeres.
“De 1987 recuerdo el mar azul que se gestó en El Campín, la gente con pañuelos en la calle y nosotros subidos en el carro de bomberos, luego tuvimos la fiesta oficial en el Hotel Tequendama. Ese diciembre, por el mismo folclorismo del tema de Papá Noel, las navidades se vivieron de una manera azul, uno veía camisetas y banderas por toda la ciudad, algo supremamente emocionante”, agregó.
Al argentino Mario Vanemerak también le tocó vivir esas épocas doradas, pero también las duras, en las que haber llegado a semifinales de Copa Suramericana bajo su mando, en el 2007, resultó un oasis de alegría.
“Cuando me contrataron en el 87, me empapé de lo que había sido Millonarios y me puse la meta de romper esa racha de títulos seguidos que tenía el América, y lo logramos”, afirmó Vanemerak. “Al Millonarios actual lo veo bien. La verdad es que ha tenido un semestre espectacular, no era fácil jugar dos torneos al mismo tiempo y prácticamente con la misma nómina. Y no lo digo por ser hincha, sino por el fútbol que ha mostrado”.
Redacción deportes
EL TIEMPO