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Clásico de Turín en la séptima jornada de la Serie A 2021-22. Torino recibió en el Estadio Olímpico a la Juventus, duelo no solo por el honor sino también por el ascenso en la tabla de posiciones (ambos están a mitad de tabla con 8 unidades).
Como buen clásico, las opciones de gol no abundaron y en su lugar prevaleció el juego intenso, los roces, choques y demás. Tanto así que la visita no tuvo un solo remate al arco en la primera mitad.
Precisamente Juventus planteó un partido enmarcado en el orden defensivo y la seguridad. No en vano jugó con tres volantes centrales (Adrien Rabiot improvisado por izquierda) y con laterales (AlexSandro-Danilo) contenidos.
Su única aproximación con algo de claridad ocurrió en los primeros minutos, cuando Rabiot desbordó bien por su sector, mandó un pase atrás que la defensa rozó y Weston McKennie, desacomodado, pateó como pudo. El balón se fue por encima del travesaño.
Respecto a los dueños de casa, por lo menos patearon directo al pórtico rival. Sobre los 37 minutos, Rolando Mandragora avanzó con total libertad en tres cuartos de cancha y soló un misil de pierna izquierda que exigió la volada de Wojciech Szczęsny.
Más adelante el turno fue para Wilfried Singo, quien también probó suerte a través de la media distancia, pero Szczęsny se mostró seguro.
Massimiliano Allegri quiso darle un vuelco a su equipo para la segunda parte. Sacó del campo a Moise Kean, de flojísimo partido, y le dio paso a Juan Guillermo Cuadrado. Con ello cambió el módulo: armó línea de tres, Alex Sandro y Cuadrado de carrileros y dejó en punta a Chiesa con Bernardeschi.
Y el colombiano demostró que siempre debe ser titular, no tardó nada. En 10 minutos repartió dos asistencias (remates de Bernardeschi y Alex Sandro) y remató una vez al pórtico.
Por si fuera poco, al 58 levantó sospechas. Ingresó al área con balón dominado mientras Tommaso Pobega, sintió un contacto de atrás y cayó al suelo dentro del área. Tanto el árbitro como el VAR no consideraron la pena máxima, más allá del evidente contacto que hubo.
Pasada la hora de juego, la emoción llegó a su fin y regresaron los roces. El juez central sacó varias amarillas, el desarrollo del juego se cortó bastante y el mediocampo tomó especial atención.
Y cuando parecía que todo terminaría con un amargo empate a cero, el marcador se movió. Al minuto 86, Manuel Locatelli recibió un pase de Federico Chiesa al borde del área, se tomó un segundo de más para mirar el panorama y sacó un tiro colocado para vencer al golero Vanja Milinković-Savić. Golazo y euforia de la hinchada visitante.
Lejos de meterse atrás, la Juve continuó atacando e incluso en tiempo añadido Dejan Kulusevski, recién ingresado, estrelló un remate en el travesaño.
Finalmente la victoria fue para Juventus que llegó a 11 puntos y por ahora es octavo en la Serie A.