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La altura de La Paz ha sido uno de los grandes retos de toda selección que visita a Bolivia. Los 3.577 metros sobre el nivel del mar en donde se encuentra ubicado el estadio Hernando Siles, son el terror en el ámbito sudamericano, en el camino a los mundiales. Teniendo en cuenta la geografía del continente, se hace un reto absoluto para todo jugador y por supuesto, para los médicos, que entran a jugar un rol fundamental en lo que puede ser el resultado.
Colombia ganó en su visita reciente, con un tanto sobre el final del partido de Edwin Cardona. Uno de los futbolistas que hizo parte de la delegación fue Guillermo Celis, que actualmente hace parte del Deportes Tolima. En esa época, fue titular y estuvo los 90 minutos. El volante habló con Futbolred sobre las complicaciones de jugar en La Paz.
Habló de la preparación previa, teniendo en cuenta que actuaba para Junior en esa época “Yo estuve 15 días en Bogotá antes de ese partido, jugaba en Barranquilla. Me llevaron a la capital para prepararme y afrontar ese juego”.
Con Tesillo, que está en la convocatoria de Reinaldo Rueda, vivió un momento complejo, al sentir la altura de La Paz “La verdad eso es muy difícil, recuerdo que cuando llegamos al hotel en la habitación, estaba con William Tesillo, no éramos capaces de orar. Nos sentíamos muy ahogados, no éramos capaces de pronunciar una oración, es muy complicado y hay que dosificar mucho los esfuerzos y ser inteligentes para jugar, saber aguantar en La Paz”.
Recordó cómo fue llegar a la cancha del Hernando Siles, al pisar la cancha “Es más complicado jugar a la 3:00 p.m., el sol hace que el ahogo se sienta aún más y pega durísimo. Cuando uno entra a la cancha a calentar se busca dosificar para que en el partido no de tan duro al arranque. En el camerino teníamos los tanques, al entretiempo. Todos terminamos con dolor de cabeza por el esfuerzo y la dificultad para respirar”.
Enfatizó sobre la importancia de los minutos finales, donde, pese a correr, las reacciones del cuerpo no son las más rápidas y adecuadas, debido al cansancio y falta de oxígeno “Uno termina corriendo por inercia, dejándose llevar porque es una sensación difícil que no se puede explicar. No hay aire, duele la cabeza, las piernas no responden, cuando se tiene el balón no se piensa igual y la velocidad disminuye, le pegas y sale rápido. Al controlar es difícil porque llega la pelota en movimiento. Es jodido jugar allá”.
Concluyó con lo fundamental para que Colombia saque un buen resultado, además de la inteligencia grupal “Se sufre mucho en todas las líneas, quizás a los volantes, laterales y extremos les toca más difícil por los recorridos que hacen en la cancha. Es importante trabajar la parte táctica y aprovechar los espacios, además de las pocas oportunidades que pueden surgir allá”.