Opinión

La corbata de Néstor

Opinión de Julián Capera sobre la elección del argentino Lorenzo como DT de Selección Colombia.

Julián Capera Foto: Archivo particular


03 de junio 2022, 03:18 p. m.
Un par de corbatas de fondo amarillo y franjas azules. A primera vista la de José Néstor y la de Néstor Gabriel parecen ser exactamente iguales. Y es que después de andar durante tantos años el mismo camino, se terminan compartiendo algunas cosas más que el nombre.

Los pasos de Pékerman y Lorenzo se cruzaron en los predios de la Asociación Atlética Argentinos Juniors en el barrio La Paternal de Buenos Aires. Cuando el segundo debutaba como jugador profesional antes de cumplir 20 años, el primero llevaba ya un par de temporadas al frente de las divisiones menores del Bicho. Nació ahí una amistad que algún tiempo después los pondría a trabajar juntos en el exitosísimo proceso de la Selección Argentina Sub-20 para el cambio de milenio. Luego, la Selección mayor (Mundial 2006), Tigres y Toluca en México, y los seis años (con doble tiquete a Copa del Mundo: 2014 y 2018) en Selección Colombia. Alumno aventajado de una muy buena escuela. ¿Es suficiente?
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Aunque muchos de los jugadores con los que trabajó en ese proceso ya se fueron (o están a punto de hacerlo), esos años podrían representar un conocimiento útil sobre el futbolista colombiano: sus aspiraciones, sus miedos, sus fortalezas, sus dificultades, su manera de entender el fútbol y la vida. ¿Es suficiente?
Divorciado ya de Pékerman, Lorenzo asumió su primer reto como director técnico en propiedad con Melgar de Arequipa de Perú hace apenas año y medio. Hoy el equipo es líder de la liga de primera división y clasificó por primera vez en su historia a los octavos de final de la Copa Sudamericana. Su cosecha allí es del 60,92%. Buen rendimiento. ¿Es suficiente?
Es una apuesta. Una curiosa apuesta. Después de darle el timón durante una década a directores técnicos de muchas más millas de vuelo -como líderes de los proyectos, no como asistentes-, la Federación Colombiana de Fútbol opta por un entrenador que apenas supera el medio centenar de partidos dirigidos en el fútbol peruano.
Cuando Pékerman llegó ya había estado en un Mundial: Alemania (2006); Queiroz en Corea-Japón (2002) Sudáfrica (2010), Brasil (2014) y Rusia (2018); Reinaldo Rueda en Sudáfrica y Brasil también. Antes fue Leonel Álvarez, sin experiencia previa en ese escenario, pero con un título de primera división en su vitrina.
Resulta curioso que se decidan por alguien que hizo parte de un equipo de trabajo del cual se deshicieron, supuestamente, porque no logró ganar títulos con una generación brillante. Curioso también que si la decisión era apuntar a alguien que nunca ha dirigido una selección, no hayan considerado a entrenadores colombianos que tienen la misma nula experiencia en este campo pero una considerable cantidad de partidos y algunos títulos de primera división ya logrados.
Lo asistirá Amaranto Perea, quien curiosamente tiene casi el doble de juegos dirigidos (109) que su nuevo jefe (58). Siempre será una buena noticia la llegada a la FCF de hombres que le dieron tanto en la cancha a nuestro fútbol y que antes de cambiar camiseta por camisa de botones empezaron a prepararse para aportar.
La corbata de Néstor Gabriel Lorenzo también es amarilla y tiene franjas azules. Parece ser la misma pero no lo es. Colombia, empujada por una añoranza no reconocida, apuesta a que salga igual de buena, o incluso mejor, que aquella. Desde esta orilla ese siempre será el deseo también: que no se destiña en las primeras lavadas y que nuestra Selección vuelva a vestirse de gala.
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