En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de
terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística,
optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada
con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa
navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo
deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Alexandre Guimaraes, DT del América.Foto: Fotos: @juanfotosadn
Por:
Corresponsal Futbolred
18 de noviembre 2022, 09:37 p. m.
Cada vez falta menos para que se dé el pitazo inicial del Mundial de Catar 2022 y que le dé un fin a los cuatro años y medio de espera, de lo que fue el último mundial masculino de mayores en Rusia 2018.
Previo a la apertura de esta cita orbital, Futbolred pudo dialogar en exclusiva con un hombre que sabe muy bien lo que es un mundial de fútbol. Alexandre Henrique Borges Guimaraes, técnico del América de Cali, quien en este momento está comprometido al 100% con el club escarlata en los cuadrangulares, pero no le perderá el rastro al país que lo adoptó hace ya varias décadas, como lo fue Costa Rica. Donde vivió el máximo torneo de selecciones en el mundo como jugador en Italia 1990 y como director técnico en Corea y Japón 2002 y Alemania 2006. Además, su hijo Celso Borges Mora, disputará su tercer mundial con los Ticos luego de Brasil 2014 y Rusia 2018.
[]
Profe, bienvenido y para comenzar, ¿Qué significa el Mundial para Alexandre Guimaraes?
A.G.: El mundial no para mí, para la familia Borges Mora, significa desde el año 1990, que fue mi primer mundial cómo futbolista, que el año calendario se divide cada cuatro años, porque a partir de allí hay una historia que se va haciendo cada cuatro años. Ya que tuve la felicidad de jugar el mundial de Italia 90 y dirigir a Costa Rica en el 2002 en Corea y Japón y 2006 en Alemania. Luego el hijo nuestro en Brasil 2014, Rusia 2018 y ahora en Catar 2022.
Por lo tanto, ya entenderán lo que significa un mundial de fútbol para todos nosotros, la familia como tal. Un tiempo, donde las cosas paran absolutamente todo, para estar todo mundo deseando que salga bien y a partir de allí, cada uno a construir un futuro. Así ha pasado durante todo este tiempo.
Cómo ve en general este mundial, que será el primero que se realiza en Medio Oriente y en una fecha atípica?
A.G.: Lo primero que han tenido que hacer, estoy totalmente seguro todos los cuerpos técnicos de todas las selecciones clasificadas, ha sido una etapa de cómo preparar diferente a sus jugadores, para un mundial en un año calendario muy complicado, ya que los jugadores están en competición, no habían terminado. Eso ha hecho que todos los cuerpos técnicos de las selecciones hayan tenido que modificar microciclos, pedir datos a los jugadores, coordinar muy bien con todos los cuerpos técnicos de cada equipo involucrado con jugadores, especialmente para los legionarios que tienen todas las selecciones. Vamos a ver, hay que esperar las consecuencias de esto ya durante el mundial.
Hay un aspecto a favor, que es diferente a todos los otros mundiales, que el tiempo de movilización, recuperación para cada partido y para post partido, en esta oportunidad jugando en un país muy pequeño como Catar, donde todas las selecciones pueden tener el tiempo. No tendrán que terminar un partido y salir corriendo para agarrar el chárter, para irte a la otra ciudad, cambiar de hotel, etc. Esas cosas sí que pueden ayudar mucho, sobre todo a la estabilización de los grupos que van para allá y obviamente, al hincha, que va es una maravilla poder ver, si tiene la capacidad económica, poder ver en vivo tres partidos o dos partidos por lo menos al día y no por televisión. Eso me parece que va a ser interesante.
Este copa lo toma con los cuadrangulares finales de la liga y el América clasificado, ¿Cómo verá los partidos y si podrá disfrutarlo de la misma forma?
A.G.: Esta vez va a ser diferente, sobre todo para la observación de la Selección de Costa Rica, donde está involucrado el hijo nuestro. En el 2014 en Brasil, había terminado de trabajar en China, por lo tanto pude estar todo el mundial allá viéndolos. En el 2018 igual, había terminado en la India y tenía esa posibilidad de ir a Rusia y ver todo el mundial y a Costa Rica. Esta es diferente y con la diferencia de horas, creo que el primer partido de Costa Rica contra España se juega a una hora buena. Sin embargo, creo que estaríamos regresando de Pasto, entonces no creo que lo pueda ver en vivo.
Después los otros partidos, uno es de madrugada, que nunca es muy agradable ver un partido de madrugada, sobre todo para los que no somos noctámbulos y el otro no me acuerdo muy bien, pero esta vez sí va a ser diferente para mí, observar a Costa Rica sobre todo por televisión.
¿Cómo ve a la Selección de Costa Rica con el técnico Luis Fernando Suárez y donde estará nuevamente en un mundial su hijo Celso Borges?
A.G.: Es una incógnita porque hay una mezcla interesante, que Luis Fernando ha podido hacer entre jugadores jóvenes y digamos, los consagrados de Brasil 2014, que fueron los que sostuvieron a la selección para otra clasificación en 2018 y para esta a Catar. Pero esta vez será diferente, porque pareciera ser que la escogencia del profe Suárez, da la sensación qué va a haber una distribución mucho más acentuada entre jugadores de experiencia y los jóvenes. Puedo decir que está en un 50/50, entendiendo que estos jugadores jóvenes no creo que ninguno tenga más de 10 partidos clase A internacional, pero Luis Fernando, ya está preparando todo el terreno para el 2026 y es totalmente lógico todo lo que está haciendo.
¿Cómo llega futbolísticamente Celso a su tercera cita mundialista?
A.G.: Celso llega bien, porque ya después de 13 años jugando en Europa regresó a Costa Rica, a su Club Liga Deportiva Alajuelense, en donde le ha caído como anillo al dedo, él al equipo y el club a él. Las posibilidades que el equipo tiene en caso aparte para todo Centroamérica, con la ciudad deportiva que tienen, eso ha hecho que haya podido mantenerse vigente, jugando y creo que el profe Suárez, lo tiene muy en cuenta dentro su probable nómina titular. Llega bien, con buen ritmo, sin lesiones, va a llegar bien”.
Ya antes a Costa Rica le había tocado en el grupo de la muerte en 2014, donde lo ganó, ¿Piensa que se puede repetir la hazaña?
A.G.: Se dice que uno tiene siempre siete vidas. Así que esperemos que en este mundial puedan ganar la segunda batalla.
¿Cómo ve a las cuatro selecciones sudamericanas?
A.G.: Con realidades muy diferentes como siempre, Brasil y Argentina siempre siendo candidatas. Brasil ha podido reunir con la escogencia que ha hecho su técnico Tite, y a mí me parece que ha sido muy buena. Tiene un trabajo encima ya acumulado muy bueno, al igual que Argentina que tiene muy buen colectivo, que se ha adaptado a lo que Messi pueda contribuirle y es una selección que por ahí los he visto, tiene opciones de ser campeones.
Ecuador tendrá otra vez otra oportunidad, habrá que ver cómo se desempeñan y si es así de bueno, como lo fue durante las eliminatorias. Uruguay que desde que vino el cambio, el entrenador supo hacer las modificaciones y las escogencias de jugadores para esas modificaciones. Sigue manteniendo algo que es importantísimo en cualquier lado, tiene porteros muy buenos y delanteros muy buenos que meten goles. A partir de allí todo puede pasar.
Usted tuvo la oportunidad de estar en tres mundiales, una como jugador y dos como entrenador ¿Que es los más recuerda y que lo marcó en cada uno?
A.G.: Italia 90 fue y todavía es, a pesar de que en 2014 la superó en términos de resultados. La del 90 como jugador es algo que siempre estás como futbolista queriendo jugar un mundial, siempre es uno de los sueños de cualquier futbolista. Imagínate que en el caso mío fue una certificación doble, porque juego el mundial con un país que me ha dado todo, como el caso de Costa Rica, contra el país de mi nacimiento de toda mi familia como era Brasil, porque nos tocó con Brasil en el grupo.
Eso casi que previo a mis dos últimos años de carrera, lo que representaba eso para mí a nivel emocional y en lo deportivo, representó algo grandioso, porque un país tan pequeño como Costa Rica, que es ese momento llegaba a tres millones de habitantes y jugar su primer mundial en Europa, en un grupo muy difícil como era Escocia, Suecia y Brasil, y clasificar a octavos de final, eso fue totalmente superior para todos. Además, contribuí con el pase de gol hacia un compañero que nos dio la clasificación. Imagínate lo que me pudo marcar todo eso.
En el 2002 ya como entrenador, igual en términos de fútbol como tal se dice, así como Brasil en el 82 no pudo avanzar a semifinales ni ser campeón. Se dejó una herencia y un sello futbolístico impresionante, aquella Selección de Costa Rica en el 2002, que todavía a hoy es recordada por mucha gente del fútbol y ni se diga en Costa Rica, que más llenó los ojos en términos de fútbol al estilo tico.
En el 2006, no lo puedes olvidar jamás, porque hay dos partidos en el mundial de fútbol, que prácticamente el planeta tierra para, es el de la inauguración y la final. El hecho de haber podido participar con Costa Rica en la inauguración con Alemania y realizar un buen partido también, fue y es inolvidable en término personal para mí.
¿Se siente mucha presión cuando se está dentro del mundial o cómo se vive?
A.G.: Creo que hay diferentes perspectivas del país, hacia lo que es estar en una copa del mundo. Te la digo en mis participaciones activas y pasivas. Activas siendo protagonista como jugador y entrenador, y pasivas como hincha y padre de un jugador. En un país como Costa Rica, vuelvo a insistir, un país muy pequeño como ahora con casi cinco millones de habitantes, la presión que hay principalmente desde 1990, al haber ido al prime mundial y pasar a octavos de final, el listón quedó muy alto para todas las otras selecciones como la del 2002 y 2006.
Después en 2014, que el listón haya podido avanzar y llegar a cuartos de final, queda muy alto. Los jugadores, cuerpo técnico y demás, tienen una presión como si fuera Argentina o Brasil. Cuando vos comes filet mignon y champagne todos los días, pues quieres siempre que eso se repita.
Sabemos que su presente es América de Cali ¿Pero sueña en el futuro con volver a dirigir otra vez una selección y a un tercer mundial como técnico?
A.G.: Sí sueño y si eso sucediera, sería casi que colgar el silbato como dicen. Antes uno colgaba los guayos, ahora es colgar el silbato. Si eso se diera en algún momento para el 2026, o si estiro un poco más y estoy bien de salud hasta el 2030, sería fantástico; porque la experiencia es inolvidable y te marca mucho para toda tu vida.
Desde su opinión ¿Por qué piensa que Europa le tomó a Sudamérica tanta ventaja en este siglo a nivel de títulos?
A.G.: Creo que principalmente como siempre. Uno, por organización y dos, por la gran mayoría de los jugadores que están en nuestras selecciones latinoamericanas, están jugando en Europa y que eso, aunque no se crea un problema, que los cuerpos técnicos de las diferentes selecciones no han podido solventar. Ya que cuando llegan esos jugadores al mundial, llegan muy desgastados. Mientras que los europeos al estar en sus terrenos nos tienen esa gran ventaja.
Este será el último mundial con el formato de 32 selecciones ¿Piensa que cambiará mucho con el de 48?
A.G.: Te soy sincero, no me puedo imaginar la locura que eso va a ser. Te digo que tanto para Conmebol como para Concacaf, que son las dos áreas donde he trabajado, bueno, también he trabajado en Asía. Es la opción para algunos países de pensar en ir a un mundial, pero el tema no es solo eso; es la calidad que se va a poder ver con tantas selecciones, eso es así.