Liga de España

Ansu Fati, el niño que tiene loco a Barcelona: su conmovedora historia

Víctor Valdés, el responsable de entrenarlo en La Masía, revela detalles del joven sensación.

Anssumane Fati Foto: Reuters


27 de agosto 2019, 09:58 a. m.
Una oración al cielo, sus manos en la cara tratando de ocultar -en vano- la emoción que lo desbordaba, el minuto 78 y la paleta se levantó con el número 31, el de Anssumane Fati.
Así, en cámara lenta, transcurre todavía para el chico sensación del FC Barcelona, el momento en que se estrenó con el FC Barcelona, el pasado fin de semana en la victoria contra Betis (5-2).
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A sus 16 años, se convirtió en el segundo jugador más joven en debutar con el equipo catalán en LaLiga de España, a los 16 años, 9 meses y 25 días (el primero fue Armando Martínez Segí, en 1920, con 14 años, 6 meses y 5 días). Su carita de felicidad tenía toda la jsutificación.
Fati se mostró, se paseó, gustó y hasta Lionel Messi celebró su estreno, aunque no celebró un gol. 
Su entrenador, el inolvidable Víctor Valdés, se alegró como nadie de que su pupilo viviera una noche así: "no me ha sorprendido nada de lo que hizo el domingo y de lo que pueda hacer. Es desparpajo puro, anarquía total en el su juego, hay que darle libertad y no encorsetarlo en una banda y prohibirle que vaya a los pasillos interiores. No tengo ninguna duda de que logrará lo que se proponga, es un asesino del área, es uno de mis reyes, tiene madera de campeón... Estoy agradecido a Valverde que le haya dado esos minutos".
 
Fati juega con el número 31 por una razón que solo se explica La Masía: "para los que somos de la casa, debutar a los 16 con un dorsal 31 te dice que estás en la élite, no lo hace cualquiera con ese dorsal, hay muchos dorsale spor debajo y quiere decir que viene de muy abajo", contó Valdés.
Pero ¿de dónde salió esta nueva joya? El pequeño Ansu nació en la República de Guinea-Bisáu pero se crió en España, a donde su familia emigró cuando él tenía 6 años. En la pequeña localidad andalúz de Herrera se radicaron y allí su padre, Bori Fati, quien fue futbolista en su juventud, tuvo que trabajar como basurero municipal y conductor del alcalde de Marinaleda para sacar a su familia adelante.
Sus dos hijos ingresaron a la escuela del Sevilla y Ansu estuvo allí hasta 2012, cuando llegó al Barcelona, tras desechar ofertas del Betis, Zaragoza y Real Madrid, club con el que sí fichó su compañero de fórmula en el Alevín A, el japonés Kubo.
Hoy en día le cuesta poner los pies en el suelo. Y es así, literalmente, según contó Valdés: "Llegó de entrenarse con el Barça B con unas molestias en una planta del pie y no pudo jugar el primer partido. Le dije que me enseñara las botas y eran un desastre, nadie había reparado en eso, y fuimos comprar unas botas nuevas".
Su sueño se ha cumplido y desde Messi hasta cada empleado del club saben de su talento. La felicidad lo desborda y el club respira aliviado por el hallazgo de una nueva joya.
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