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'Business is business'. Son solo negocios. Y eso, en todo el sentido de la palabra, es el fútbol y especialmente el británico, el más poderoso del mundo.
Negocios y no apegos, negocios y no agradecimientos, negocios y no lealtades. Es exactamente lo que privilegia hoy Liverpool, que prepara un aterrizaje forzoso, motivado por la salida de Jürgen Klopp en solo un par de meses, lo que marcará el fin de una era y provocará cambios, algunos deseados y algunos no tanto, en el interior del club.
Uno de ellos pasa por la conformación de la plantilla, que es el gran legado de Klopp pero también un patrimonio del club que no atenderá a homenajes, por muy exitoso que sea el DT saliente. Al que llegue habrá que darle las mismas herramientas o mejores y eso es lo que intentará privilegiar Michael Edwards, el nuevo CEO de fútbol de Fenway Sports Group (FSG, propietario del club inglés), en cuya cabeza estarán las principales modificaciones. Ya acertó con la contratación de Klopp así que difícilmente alguien le llevará la contraria.
¿Quiénes se quedan y quiénes se van? Pasará mucho por la elección del nuevo entrenador, aunque no todo. También puede pasar que él quiera retener a determinados jugadores, pero el club entienda que es momento de vender y no haya más remedio que despedirlos. En esa incómoda posición, según la prensa británica, estaría Luis Díaz.
Mejor momento, mejor oportunidad
El fichaje del colombiano, en enero de 2022, cuando no se dan grandes transferencias, es todo mérito de Klopp: fue por él a cambio de 45 millones de euros cuando vio que Tottenham estuvo a punto de arrebatárselo. Y a todas luces acertó. Lo prueba su gran curva de rendimiento, que se puede resumir en la evolución de su promedio de calificaciones: empezó en 7,07, bajó en el año de su grave lesión y repuntó al 7,26.
Evolución de Luis Díaz en LiverpoolFoto: Sofascore para Futbolred
Pero eso es solo la punta del iceberg: en el juego, el extremo es día y noche con respecto al que llegó, sonriente pero tímido, a intentar completar el tridente con Salah y Mané. Hoy es indiscutible en ese frente de ataque con el egipcio y Darwin Núñez, mantiene su influencia en la banda izquierda pero la amplía cada vez con más autoridad al juego interior y su producción goleadora mejoró de manera abismal: de 6 goles y 3 asistencias a su llegada pasó a 13 goles y 4 asistencias hoy.
Y ese es el detalle fundamental: ahora que mejoró, que superó la primera lesión grave de su carrera y demostró que volvió más fuerte, que tiene 27 años y se ha asentado en el fútbol europeo con rotundo éxito, puede ser el mejor momento para dejarlo ir. Es el jugador más valorizado de la plantilla y su costo, según Transfermarkt, está en 75 millones de euros, lo que significa que podría aspirar tranquilamente a facturar cerca de 100 millones en una posible venta.
Nadie sabe si habrá una mejor oportunidad de negocio que esta en Anfield y el propio jugador no tiene certeza de que haya otra ocasión mejor para salir a un equipo grande y poderoso, que lo tenga como punta de lanza de un nuevo proyecto y le diera el status salarial que se ha ganado por su rendimiento. Y es que, según el portal Capology, el colombiano recibe 55.000 libras esterlinas a la semana, mucho menos que las 350.000 libras que percibe Salah,
Eso sería lo que, según The Telegraph, le ofrecería PSG, que busca con urgencia al reemplazo de Mbappé. No son jugadores exactamente del mismo perfil, pero sin duda Díaz vendría muy bien a la nómina de Luis Enrique.
Otras prioridades en Liverpool
Justamente esa posibilidad de venta abre un frente que, según informó el diario The Sun hace unas cuantas semanas, se está barajando hace tiempo: ese respaldo sería gasolina pura para renovar a figuras de la institución, tanto o más importantes que el colombiano, pero en definitiva más mediáticos: Van Dijk y Salah. En Anfield temen que ambos se vayan tras la salida de Klopp, su mentor, y quiere atarlos al precio que sea.
Y una señal de que así se lo plantearía el club es lo que en las últimas horas informó el diario The Telegraph: "Algo inusual para un fichaje que ha tenido dos buenos años en el club, Díaz aún no ha acordado una extensión de contrato para reemplazar el original que firmó a su llegada. Seguirá teniendo contrato por tres años al final de la temporada, aunque es probable que en ese momento sea necesario que ambas partes decidan si se queda a largo plazo o sigue adelante".
Si no se habla de renovación puede ser porque consideran que un blindaje hasta 2027 es más que suficiente o porque quieren darle margen de negociación a quien venga por él. En ambos casos habría un ingreso fundamental para las figuras mencionadas y para el nuevo DT y de paso se les daría espacio a los jóvenes que ha ido lanzando Klopp al profesionalismo y que son patrimonio del club, más allá de Díaz a sus 27.
Fair play al estilo británico
Créalo o no, la liga más prestigiosa, millonaria y poderosa del planeta es un modelo económico a pérdida que va en contra de la sostenibilidad financiera y que requiere una intervención urgente. Por eso el gobierno británico aprobó un llamado libro blanco a comienzos de este 2024, que no es otra cosa que una nueva reglamentación para controlar las enormes pérdidas de los últimos años. El primer acto de esa comisión de control fue la dura sanción en puntos que recibió Everton, una medida que probablemente se repetirá con Manchester City, acusado de no cumplir el Fair Play financiero, y el Chelsea, al que se le han descubierto pagos no permitidos a través de compañías offshore.
Y eso genera preocupación también en Liverpool, que no ha tenido ese tipo de infracciones pero que necesita ajustar sus cuentas para no aparecer en ese penoso listado.
"Elegir el momento adecuado para vender jugadores se ha vuelto tan crucial como los fichajes y las extensiones, dadas las líneas rojas en torno a las pérdidas permitidas según las reglas de ganancias y sostenibilidad", decía The Telegraph sobre la inevitable obligación de plantearse dolorosas salidas de jugadores para ajustar las cuentas.
Eso, que no tiene que ver directamente con Díaz, también podría influir en la decisión de Liverpool de dejarlo ir cuando mejor está y más influyente es. El propio Klopp pagó caro ese apego cuando se le envejeció el medio campo de Henderson, Fabinho e incluso Thiago y acabó plagado de lesiones, sin recambio y condenado a jugar hoy la Europa League tras una temporada pasada para el olvido. No pasará de nuevo y eso exigirá muchos sacrificios.