Luis Suárez y Lionel Messi defraudaron. Así de claro, al igual que Luis Enrique reconoció que Real Madrid ganó bien, así hay que decir que dichas figuras hicieron muy poco en los noventa minutos.
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Messi, que tuvo un primer tiempo aceptable, pudo haber liquidado el partido cuando ya Barcelona ganaba 1-0 en una jugada que elaboró Dani Alves por derecha, Suárez manejó bien la pelota que le cedió el brasileño y el uruguayo, con claridad y precisión, habilitó al argentino, quien falló la acción que debió ser gol. Pocos creían como Messi había errado.
Y después, Real Madrid, con una enorme capacidad física y gran juego colectivo, cambió. Tomó aire y empezó a cambiar la historia del juego gracias a los goles de Cristiano, Pepe y Benzema.
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Y en ese lapso, cuando Real Madrid incluso pudo sacar más ventaja, ni Messi ni Suárez reaccionaron. Fue tan bajo lo de Suarez para el técnico Luis Enrique que el estratega lo cambió. Pedro sustituyó a la figura uruguaya al minuto 69.
Messi, que jugó todo el partido, tuvo una tarde para olvidar. Fue impreciso y no pudo definir ninguna de las pocas jugadas ofensivas que trabajó Barcelona.
Una muestra de su pobre trabajo, también obnubilado por la máquina que fue Real Madrid, se presentó en los últimos minutos cuando ejecutó un tiro libre. Su impacto con la pierna izquierda fue terrible, mandó la pelota a la tribuna y ahí se acabó el compromiso.
Messi y Suárez no lucieron, estuvieron apagados cuando más debían estar ‘encendidos’.
Redacción Futbolred